Un dirigente radical de mediados del siglo pasado dijo que Leandro Alem fue “el verbo”, Hipólito Yrigoyen “la quimera” y Amadeo Sabattini “la conducta”. Ayer se cumplieron 52 años del fallecimiento del ex gobernador de Córdoba y esa palabra, conducta, era la que predominaba en los diálogos entre los correligionarios que acudieron en esta ciudad a los actos organizados para evocar su figura.
Los discursos sirvieron para rescatar sus máximas, “Agua para el Norte (pensando además en los diques necesarios para la generación de energía), “caminos para el sur” (mirando al puerto de Bahía Blanca como posible salida de la producción cordobesa) y “escuelas en todas partes” (no por los edificios en sí, sino por una reforma educativa al servicio de un hombre nuevo).
Todo empezó poco después de las 19 en el cementerio La Piedad, donde descansa en la paz que sólo consiguen los que dieron todo en función de los demás. Hablaron el presidente del comité local, Felipe Botta; departamental, Roberto Sessarego, y el dirigente provincial Carlos Becerra. También se llegaron desde otros puntos de la provincia Dante Rossi y Miguel Abella.
Botta, en clara alusión a la movida política del verano villamariense, optó por ser breve y recordar que “Don Amadeo pidió que los tribunos que auditaran su gestión en la provincia fueran de la oposición, mientras que acá les quieren hacer juicio político”.
Sessarego y Becerra destacaron los valores enarbolados por quien “sentó las bases de la Córdoba moderna”.

En el museo

Después tuvo lugar el acto más concurrido, en la que fue su casa, hoy transformada en sede de la Fundación Amadeo Sabattini, de Villa María. Allí, el titular de la institución y profesor de Historia Germán Bicego abrió a los presentes una exposición con fotografías, diarios de la época, telegramas y tarjetas de condolencias por el fallecimiento, que recogen el profundo dolor popular que tuvo como sede esta ciudad, el 29 de febrero de 1960. Las imágenes del paso del cortejo en medio de una multitud es realmente conmovedora.
Esos elementos y otros de singular valor, como la máscara mortuoria del respetado dirigente, podrán observarse hasta fin de este mes, con entrada libre y gratuita.
Luego se exhibió un documental sobre la vida y la obra de Sabattini elaborado por Canal Encuentro, de aproximadamente media hora de duración, tras lo cual se ofreció a los presentes la posibilidad de reflexionar sobre el ilustre político, médico y humanista. “Fue un debate muy rico”, comentó Bicego.
Una jornada de evocación y de reflexión para los radicales y para la sociedad villamariense en su conjunto.


Se dice de Don Amadeo Sabattini

EL DIARIO pidió ayer a distintos referentes del radicalismo local que definieran con pocas palabras al prócer del partido. Estas fueron algunas de las expresiones recogidas:
Felipe Botta: “Es de esos hombres que no se terminan con su desaparición física, sino que perduran por sus condiciones humanas, su moral intachable y su claridad de pensamiento... Un ejemplo de vida que lamentablemente no imitan muchos en la política”.
Luis Caronni: “Representa un estilo de político que enorgulleció a Villa María, ya que era vecino de esta ciudad por adopción. Fue un auténtico estadista que conservó una misma línea de conducta, tanto en la función pública como en su labor profesional. Volvió del despacho de gobernador al consultorio sin más, algo que deberíamos atender en todo su significado”.
Nora Landart: “Un modelo para imitar como persona y como estadista, por su compromiso social, por su austeridad, por cómo enfrentó el hacer política como una forma de vida. Sin dudas, se trata de un espejo donde mirarnos... Si la dirigencia política actual imitara a Amadeo Sabattini, seguramente tendríamos una sociedad más justa y más solidaria”.
Germán Bicego: “Creo que entre tantas palabras hay una que lo define cono ninguna, una que es sinónimo de Sabattini. Y es la palabra que pronunció en su velorio Santiago del Castillo, en un diálogo que mantenía con Antonio Sobral y Arturo Zanichelli. En esas circunstancias de despedida, Del castillo dijo: ‘Una sola palabra debería colocarse en el epitafio de este gran hombre: conducta’”.
Juan Carlos Cavigliaso: “¿Sinónimos de Sabattini? idoneidad, trabajo, respeto, transparencia... Ojalá su ejemplo pudiera trasladarse a nuestro tiempo”.


El “Tanito” de Villa María dijo “no”

Amadeo Tomás Sabattini era hijo de Clotilde Aspesi, uruguaya, y de Luis Sabattini Taglioni, inmigrante italiano proveniente de Bolonia, comenzó a actuar en 1907 en la Unión Cívica Radical.
En noviembre de 1935 ganó las elecciones para la Gobernación de Córdoba.
Luego de su mandato, Sabattini se estableció permanentemente en su casa de Villa María, donde se hizo famosa su austeridad y su conducta intachable.
Con la aparición del peronismo entre 1943-1945, inicialmente Sabattini mantuvo algún contacto propio de su pluralismo de ideas con Juan Perón, quien llegó a proponerle ser su vicepresidente. El "Tanito" de Villa María dijo que "no", pero también se opuso a la alianza antiperonista concretada con la Unión Democrática y se acercó al Movimiento de Intransigencia y Renovación creado en 1945, reivindicando el yrigoyenismo y un programa socialdemócrata en oposición al unionismo. Dentro de la intransigencia, Sabattini conformaría una corriente autónoma conocida como "Línea Córdoba".
Hacia el final del Gobierno peronista (1952-1955), Sabattini adoptó una posición abstencionista, que lo enfrentó con la mayoría de los intransigentes, expresados por Arturo Frondizi.

Foto 2: Parte del público que se dio cita en la casa-museo

Foto 3: Muchos se apropiaron de la muestra. Entre los presentes, el ex intendente Horacio Cabezas