“Los concejales y el debate estuvo liberado de todo tipo de intencionalidad política. Hemos trabajado por el bien común, una experiencia democrática única”. Así lo sintetizó Orieta Pérez, la presidenta del Concejo Deliberante de la ciudad de Oliva.
La edil, al margen de la lograda sesión y la aprobación de la ordenanza que limita la aplicación de agroquímicos, destacó el trabajo realizado desde sus pares en comisión, del Departamento Ejecutivo Municipal, ya que “es un logro del pueblo y los concejales” que se transformó en una gran preocupación de la gestión y así todo indica se asumió.
Tras la sesión del miércoles, ayer Pérez remarcó, siendo la única del cuerpo legislativo que a pesar de su juventud viene desempeñándose con anterioridad en el ámbito, que se trata “de un excelente comienzo que entusiasma a continuar este camino. Lo importante es tener como en este caso el objetivo claro. Ese fue también el desafío”.
Como dato curioso, ciudadanos, funcionarios y concejales tenían marcado en su agenda el tiempo de trabajo que demandó llegar a la aprobación de la ordenanza: 59 días.

Razonabilidad

Si bien el organismo de aplicación de la Ordenanza será la Dirección de Medio Ambiente, Bromatología e Inspección General (artículo 8º), jugará un papel muy importante la comisión Asesora que crea la norma (artículo 4º), ya que al estar integrada por ciudadanos interesados en el tema, está previsto que éstos exijan a las autoridades que controlen y se cumpla. “Creo que ahí está una de las ventajas de esta Ordenanza”, dijo Pérez.
Sin embargo, la titular del Legislativo marca como principio de la misma “la razonabilidad” y subrayó la importancia de “la adecuación (al referirse a la existencia de la Ley Provincial de Agroquímicos) a la necesidad de la ciudad, ya que en este caso se crea una zona de resguardo, que es no una prohibición total sino condicionada a lo que determine (mediante dictamen vinculante) la comisión Asesora que se desempeñará ad honorem, y la que define, por ejemplo, a partir de donde la aplicación de químicos según los diferentes frentes rurales que tiene nuestra ciudad dependiendo de diversos factores. O sea, define metros según las un sinnúmero de condiciones”.
La norma además “tiene previsto en su razonabilidad el crecimiento demográfico de la ciudad, no se cierra”, concluyó Pérez.