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Eduardo junto a Aguilar y Vivián, con la camiseta del club que nunca quiso cambiar, la de River de barrio Almirante Brown |
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Escribe: Gustavo Ferradans
(De nuestra Redacción)
El 24 de marzo de 1976 arremetió contra la democracia y el pueblo de nuestro país la más sangrienta dictadura militar de nuestra historia, que de inmediato impulsó un plan sistemático de detención a militantes populares, la desaparición forzada de miles de ellos y el robo de bebés nacidos en campos clandestinos o centros de tortura.
La historia por todos conocids ha dejado numerosas páginas de investigación y análisis sobre el accionar de las juntas militares que gobernaron. De cómo utilizaron al deporte para “distraer a las masas”, sobre su aventura bélica en Malvinas y el salvaje plan económico puesto en marcha y sus nefastas consecuencias que se prolongan hasta nuestros días.
La dictadura provocó la desaparición de alrededor de treinta mil almas: obreros, trabajadores, docentes, periodistas, deportistas, estudiantes, hermanos, tíos, padres, sobrinos, hijos.
Alrededor de una treintena de los desaparecidos eran deportistas en actividad, siendo algunos de ellos rugbiers, futbolistas, atletas, tenistas y nadadores.
Las entidades de derechos humanos constataron alrededor de 600 docentes desaparecidos, 33 oriundos de nuestra provincia, de los cuales uno de ellos era villamariense: Eduardo Requena.
Muchas historias se han escrito sobre muchos de ellos, en mayor o menor medida se ha resaltado lo que cada uno hacía o pensaba.
Precisamente Eduardo Raúl Requena, “El Gallego”, antes de dedicarse a pleno a la actividad gremial había sido atleta y futbolista. Y en ambas disciplinas había logrado destacarse.
A él se lo ha recordado como profesor, como amigo y como gremialista, pero por primera vez intentaremos recordar la parte de su historia, la del deportista.
Hoy 15 de noviembre, “El Gallego” cumpliría 70 años. Eduardo Requena había nacido en 1938 y se había criado en el barrio Almirante Brown.
“El Gallego”, como lo conocían casi todos, había sido atleta y futbolista antes de dedicarse a pleno a la docencia y a la actividad gremial.
La primaria la realizó en el Instituto La Santísima Trinidad y luego la secundaria la hizo en el Instituto Bernardino Rivadavia. En esa misma institución se recibió de profesor de Historia y Geografía en 1963.
En los primeros años de su adolescencia había sido atleta, entrenando junto al maestro Guillermo Armando Evans (el primer deportista villamariense en participar de los Juegos Olímpicos, fue en Londres en 1948).
Su otra gran pasión fue el fútbol, donde fue por muchos años jugador en el club River Plate de esta ciudad, y de la selección villamariense, hasta su retiro en 1965, cuando era muy joven aún.
@ El atleta
El profesor Ernesto Hugo Carrizo, ex director de la Escuela Domingo Faustino Sarmiento, con una memoria envidiable con sus 80 años recordó en diálogo con EL DIARIO que “Eduardo era flaco y alto. El estudiaba en los Trinitarios y luego en el Rivadavia. Cuando intervinieron el Rivadavia me ordenaron dar clases ahí y lo tuve de alumno. Yo fui maestro normal nacional y enseñaba castellano. Luego quise seguir capacitándome y empecé a estudiar el Profesorado de Ciencias Sociales y Jurídicas y por esas cosas de la vida, tuve que dar un examen de historia argentina y quien me lo tomó fue el mismo Eduardo”.
“Yo era vicedirector en la Escuela del Trabajo, cuando Juan Müller era director.
En aquella época el colegio sobresalía mucho en fútbol, básquet junto al Rivadavia y al Colegio Nacional. Pero el único colegio que practicaba el atletismo era el nuestro. Estaba Guillermo Evans, el único profesor que sabía de ese tema. El era el único capacitado y años antes había estado representando al país en los Juegos Olímpicos de Londres 1948”.
“Como Evans tenía una gran amplitud, alumnos de otros colegios venían y practicaban con el equipo de atletismo del colegio; entre ellos estaba Eduardo, que por entonces estudiaba en el Rivadavia. El tenía un físico privilegiado, era alto, delgado y tenía mucha flexibilidad. Tenía por ese motivo una gran capacidad para las carreras con vallas y salto en alto”, cuenta el profesor Carrizo.
“Por entonces, allá por los primeros años de la década del ‘50, el equipo del colegio gano acá los intercolegiales y fue al Provincial a Córdoba. Yo era delegado en esos campeonatos infantiles Evita y el equipo de atletismo del colegio entrenaba en el terreno que estaba en la manzana enfrente del colegio, donde hoy está todo edificado. Evans había hecho hasta el pozo de arena para los saltos, los círculos para el lanzamiento del disco”, recuerda Carrizo.
“El equipo ganó el Provincial de los campeonatos Evita, y fue a competir a Buenos Aires. Yo recuerdo que entre los que estaban había dos hermanos Giacomelli, Gallo, Sperat, Barrionuevo, Fiuri (un muchacho que vive en General Deheza), entre otros, además de Requena. A todos les fue muy bien”.
Eduardo participó en 1953 y 1954, representando a Córdoba en el Campeonato Evita. Fue campeón argentino en 64 metros con vallas y subcampeón en salto en alto.
@ El recuerdo de Mario
“En River Plate Eduardo jugó desde los 12 hasta los 27 años. Y dejó para dedicarse a sus actividades gremiales. El nunca quiso jugar en otro club que no fuera el de su barrio. el Almirante Brown”, cuenta Mario, su hermano mayor.
Por entonces, Eduardo Requena, vivía en la calle Ramiro Suárez, casi esquina General Paz junto a una tía y la sede del club River estaba en la misma manzana, pero en avenida Alem al 700, a la altura de donde hoy existe una concesionaria de autos usados.
“Eduardo siempre jugó sin pretender retribuciones económicas que en esa época comenzaba a ser algo común en el fútbol de la Liga Villamariense”, sigue contando el reconocido entrenador.
Su hermano cuenta que: “Jugó en distintos puestos de la defensa. Tenía velocidad para la marca. Es probable que esto sea así porque había practicado atletismo desde los 13 años junto a Guillermo Evans”.
“Como jugador era igual que en la vida privada o en la docencia o el gremio, Era honesto, leal y solidario”, relata Mario.
“A los 15 años, debutó en la selección villamariense, jugando ante Tigre de Buenos Aires, algo muy común por aquella época. Allí jugó en distintos puestos de la defensa”, recuerda Mario.
La segunda parte con la edición de mañana
@ Ficha personal
Nombre: Eduardo Raúl Requena.
Nació el: 15 de noviembre de 1938 en Villa María.
Apodo: “El Gallego”.
Estudió en: Instituto La Santísima Trinidad (escuela primaria), Instituto Secundario Bernardino Rivadavia (secundaria), Escuela Normal Víctor Mercante (profesorado de Historia y Geografía, se recibió en 1963).
Como deportista: atleta y futbolista (jugó siempre en River. Fue campeón entre 1959 y 1962).
Fue docente en: Instituto Secundario Bernardino Rivadavia y en el Profesorado de Bell Ville.
Actuación gremial: comenzó en Bell Ville donde fue elegido delegado al SEPPAC (Sindicato de Educadores Privados y Particulares de la provincia de Córdoba).
En 1973 participó como delegado y fue un activo protagonista en las reuniones de Huerta Grande y en el Congreso Unificador de la Docencia Argentina , donde nació la CTERA. Fue secretario de la rama de docentes privados en las dos primeras juntas ejecutivas de la CTERA (1973-1976).
Su desaparición: El 23 de julio de 1976, al atardecer, Eduardo Requena entró al café Miracles (en Córdoba). Un grupo de civil lo estaba esperando. Se lo llevaron. Desde entonces permanece desaparecido.
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