Como parte de la conmemoración de tres cuartos de siglo de la creación de la Escuela Dr. José Bianco, ayer se llevaron a cabo dos emotivos actos consistentes en dar de baja a dos enseñas patrias que se izaban en sus mástiles externos.
Ambas ceremonias estuvieron repletas de emociones y honda significación. En el acto matutino, tras el izamiento de la nueva Bandera y entonarse el Himno Nacional Argentino, en la ceremonia realizada en conjunto con el Instituto Belgraniano, habló la directora del establecimiento Ana María Gamacchio quien valoró el clima de armonía y patriotismo imperante en el establecimiento.

Protocolo de la baja

Lo que disponen las normas protocolares para las banderas que se utilizan en mástiles externos determina que las mismas deben izarse a la salida del sol y arriarse a la puesta del astro rey, salvo en tiempos de guerra en que la enseña patria debe permanecer siempre enarbolada.
Igualmente establece que una vez finalizada su vida útil se procederá a cortar sus pliegues en sentido longitudinal con el sol encima de todo y se colocará sobre un lecho de laureles.
A continuación se le prende fuego y se transforma en cenizas que, en este caso, fueron esparcidas en los jardines de la propia escuela. Encargado de esa ceremonia fue el periodista Héctor Cavagliato (también ex alumno y abanderado), quien previamente hizo uso de la palabra.
Con emoción señaló: “Gracias por convocarme a retornar aquí, que es como volver a mi casa de la infancia. No es cierto que la escuela y yo tenemos 75 años (curiosamente, ambos nacieron el mismo año). Hoy tenemos sólo 13, porque en ese entonces me tocaba izarla todos los días, así como portaba la Bandera de Ceremonia compartida con Selva Méndez y Susana Laplagne. Es como volver a vivir o que el tiempo no ha pasado. Por eso, antes de convertirla en cenizas, la inexorable cronología de la vida dice que un día se juntarán con las mías. Entonces, ¡hasta pronto, Bandera querida!”.