Ocurrió el 29 de noviembre pasado, pero trascendió ayer. Y la directora de la escuela involucrada se lo confirmó a EL DIARIO.
En el marco del viaje de proyecto que realizaron estudiantes de la Escuela Doctor José Bianco de Villa María, unos alumnos de 11 años dieron muerte a un pichón de una ave típica del Parque Provincial Aconcagua, el que estaban visitando. Fue en Mendoza.
Desde hace más de una década, los alumnos de sexto grado cierran el ciclo de Nivel Primario viajando a las provincias de Mendoza y San Juan. En los últimos cuatro años, la escuela incluyó como actividad para formar a los niños y niñas una visita a ese parque y un tracking hasta la Laguna de los Horcones, para contactarse de manera directa con diversas especies de la zona. Lo hacen para educarlos en lo que refiere a protección ambiental y conciencia ecológica.
Según el acta que se labró en el parque, tres alumnos de esta institución educativa de barrio Centro sur (de los 81 que conformaban el contingente) arrojaron piedras a pichones y adultos de agachona de collar, una ave típica del parque Aconcagua, que se hallaban en estado de nidificación. Esa conducta derivó en la muerte de un ejemplar juvenil.
Ana María Gamacchio, la directora del Bianco, resaltó que previo al ingreso al parque, tanto los adultos que los acompañaban - dos directivos, seis maestros, dos guías turísticos contratados y cuatro coordinadores de la empresa de turismo con la que viajaron- como los guías remarcaron la importancia del Aconcagua y de las normas a respetar para contribuir al cuidado del ambiente natural.
Esta es la primera vez que se registra un problema de conducta de los niños de este establecimiento en este predio. Gamacchio resaltó que los alumnos “reconocieron y se arrepintieron por haber arrojado piedras” y que “no buscaban en ningún momento dañar a los pichones sino verlos volar”. Ocurre que esta especie no vuela.
“No era ésta una situación deseada por ninguno y están totalmente arrepentidos”, resaltó. La escuela notificó a los padres y se tomaron medidas. No trascendió cuáles.
“Uno de los ejes más significativos del proyecto educativo institucional es el desarrollo de la conciencia ecológica de los alumnos, que consiste en el conocimiento y la valoración de la preservación y cuidados de la diversidad de la flora y la fauna, de las conductas que deben observarse y las normas a cumplir en las áreas protegidas al realizar las visitas a los parques nacionales y provinciales”, destacó la docente.
En un descargo que Gamacchio envió a la Dirección de Recursos Naturales Renovables del Gobierno de Mendoza explicó que la visita al parque brinda “un salto cualitativo en la vivencia de los niños, ya que a través del sendero les permite conocer la formación y elementos que componen este maravilloso valle, pudiendo observar el resultado de la combinación de las fuerzas de la naturaleza: el agua, el viento y los glaciares que modelaron el Valle de Los Horcones a lo largo de millones de años”. Y apuntó que prohibir a otros estudiantes de un ingreso al lugar sería “privar a futuras generaciones de un real aprendizaje de protección del mundo en que vivimos y, tal vez, contradictorio con parte de los propósitos” del parque, ya que buscan “favorecer el contacto de las personas a esos espacios protegiendo y educando sobre cómo actuar en protección del ambiente”.
“Los niños son sujetos de aprendizaje y este hecho aislado ha constituido para todos los integrantes del contingente en el episodio de mayor análisis y reflexión conjunta de todo el viaje de proyecto realizado”, advirtió la directiva.
El Gobierno no ha comunicado una resolución sobre el caso, por lo que se presume que aceptó las disculpas.
Tristezas. De su puño y letra, uno de los niños pidió perdón a la Dirección del parque. “Sólo fue intención de espantarla”, argumentó el pequeño de 11 años a la hora de explicar el porqué arrojó piedras. “Sé que aunque nos perdone o no, esa ave ya se murió y por eso me sentí muy culpable por haberla matado”, escribió. “No culpe a la escuela porque la culpa la tengo yo. Espero que pueda comprender y aceptar mis disculpas, que de corazón estoy muy arrepentido”, dijo textualmente.
El otro estudiante confió que “fuimos muy crueles con ese animalito” e “irrespetuosos frente a la naturaleza”, solicitando que se los perdone.
Gamacchio resaltó la angustia que generó el caso.
Diego Bengoa