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Las socias de la Cooperativa Esplendor, a su servicio - Gladys Alvarez, presidenta de Esplendor, quiso especialmente agradecer a Mónica Lazos, la madrina; a Virginia y Karina, trabajadoras sociales del Hogar de Ancianos, a la directora del lugar |
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Cuando en la familia hay integrantes que necesitan cuidados especiales y el grupo no se los puede brindar, es todo un problema pensar en la persona idónea para hacerlo. Muchas veces, se guían por un cartel en un comercio que da un número de teléfono y otras, por contactos de boca en boca.
Para salir de esa informalidad, las egresadas de la última promoción del curso de cuidadoras domiciliarias, dictado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, decidieron conformar una cooperativa de trabajo ofreciendo así una organización que respalda la tarea.
EL DIARIO dialogó con Gladys Alvarez, presidenta de la Cooperativa Esplendor, quien explicó que ofrecen el servicio de “asistencia, acompañamiento y contención a los adultos mayores, discapacitados y personas enfermas”.
Habla con pasión de la tarea del cuidado “de los nonitos y nonitas”, como los menciona, y también del acompañamiento que tienen que hacer a los familiares “que muchas veces no pueden entender las enfermedades propias de la vejez”.
Ellas asisten en las tareas cotidiana “como vestirse, higienizarse, dar la medicación o seguir la dieta”, explicó.
También ayudan en la realización de trámites ante las obras sociales y los organismos que pueden brindar ayuda a las personas con necesidades.
“Pero fundamentalmente, nos formamos para brindar amor y respeto a la persona, a la que no hay que tratar como un niño, sino como un adulto que está transitando una etapa especial de su vida”, agregó.
Cuando aceptan el cuidado, lo primero que piden es una entrevista con el médico de cabecera, para solicitar la información precisa de la medicación, la dieta y, eventualmente, las posibilidades o necesidades de movimientos físicos.
“El objetivo es mejorar la calidad de vida de la persona que cuidamos y procurar entrenarla para que tengan la mayor autonomía posible”, dijo la presidenta de Esplendor.
El curso
El curso de cuidadoras domiciliarias se comenzó a hacer en Villa María por iniciativa de la Secretaría de Desarrollo Social de la Municipalidad, a cargo por entonces de la actual concejala Mónica Lazos.
Tuvieron un aspecto teórico con profesionales de la salud, que les informaron acerca de las características especiales que tiene un abuelo y de las enfermedades gerontológicas, como así también conocimientos de enfermería y otras disciplinas vinculadas a la salud.
El otro aspecto fue el práctico, realizado en el Hogar de Ancianos con los que allí están alojados.
También tuvieron acceso a una pasantía a través de una beca de Desarrollo Social de la Nación, con lo que completaron un ciclo teórico-práctico, tanto en situaciones de internación como en el domicilio, para poder salir a brindar servicios profesionales.
“Tanto la capacitación como la organización en cooperativa, nos cambiaron mucho la visión de esta tarea y de nosotras mismas. A partir de esto, nos sentimos valoradas, capaces para mejorar. Te doy un ejemplo, de las 15 socias de la cooperativa, hay aproximadamente 10 que empezaron este año otro curso o carrera vinculada a la salud. Es el resultado de saber que uno puede”, dijo Gladys Alvarez.
La cooperativa
“Mónica Lazos, nuestra madrina, quería conformar desde la primera promoción de cuidadoras, una cooperativa de trabajo. Por distintas razones no se dio, pero en nuestro grupo, la idea prendió y nos pusimos a trabajar en el tema”, señaló la entrevistada.
El 29 de octubre del año pasado, hicieron la Asamblea Constitutiva y eligieron a Gladys como presidenta, a Ivana Pathenay como secretaria y a Marisel Bertolino como tesorera.
La comisión se reúne semanalmente y el grupo de todas las socias, cada 15 días.
“Estar organizada nos permite convertir un trabajo no legislado e informal, en un trabajo de grupo, con cierta formalidad”, indicó. En principio, pagan un monotributo, lo que les da la posibilidad de tener obra social y una futura jubilación.
Además, garantizan -con un fondo integrado por cuotas sociales y un aporte que hacen a la cooperativa de lo que ganan- el pago a las cuidadoras que se enferman, como así también, garantizar el remplazo de la tarea.
Esto a su vez, le da garantía al que contrata, porque no es lo mismo tener el respaldo de una organización cooperativa, que puede facturar por los servicios, que convocar a alguien en negro.
“Muchas veces, al ser un trabajo solitario, el tener la posibilidad de reunirnos te ayuda a compartir entre personas que entienden las características de la actividad, los problemas, las tristezas y las cosas que te causan desánimo. Esto ayuda muchísimo”, indicó Gladys.
Al estar juntas, van brotando proyectos a futuro. Quieren sumar más cuidadoras (ver recuadro “Convocatoria”), sumar a profesionales de la salud para que, a través de la cooperativa puedan ofrecer servicios de enfermería o kinesiología, entre otros. Y también quieren contar con abogados para el asesoramiento legal a las familias de discapacitados o adultos mayores, para que conozcan y puedan reclamar por los derechos que ofrece la seguridad social.
Las chicas de la Cooperativa Esplendor están pariendo un sueño con esperanza y trabajo y todas juntas. En definitiva, con los ingredientes necesarios para hacer realidad esos sueños.
Convocatoria a todas y a todos
Todas y todos los egresados de las distintas promociones del curso de cuidadores, como así también los que trabajan y necesitan capacitación, pueden sumarse a la Cooperativa. Las chicas están en Santa Fe 1265, de lunes a viernes, de 8.30 a 12. El teléfono -válido también para contratarlas- es el 155102005 o bien el 4549857.
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