Prácticamente toda una vida palpitando el fútbol desde adentro. Fue jugador (“jugaba de lateral derecho”) en su querido Alumni y después con el arbitraje, su gran pasión.
Con 78 años a punto de cumplir (será el próximo 22 de abril), el “Toto” todavía se calza la ropa de referí con esa prolijidad típica y arbitra el partido al que lo llamen y, una vez que pisa el campo de juego, aplica su “siga, siga, siga...” característico y prácticamente su segundo apodo.
Todo niño del baby fútbol se acuerda del “Toto” porque, además de brindarles una contención ejemplar, también regalaba esas monedas que efectuaba en su trabajo particular durante la semana.
Alberto Perazzi es conocido, recordado y admirado por todos los chicos (muchos ya grandes) que pisaron cualquier campo de juego en su niñez, un mérito enorme y realmente merecido.
La consigna de la entrevista es porque la Liga de Baby Fútbol le puso su nombre al campeonato oficial, aunque con el “Toto” se puede hablar de muchísimas cosas, lo que provocó un ida y vuelta constante y que, ante las palabras que salen del “Toto”, explica por sí solo el reconocimiento que le brindó la Liga de Baby Fútbol.
Es que son más de 43 años de arbitraje en sus espaldas, con actividad en primera división, inferiores y baby fútbol, donde dirigió por más de una década y dejó toda su impronta. Además, fue el primer referí en los campeonatos de Fútbol Comercial que tuvo la ciudad, como el Amistad y la AFUCO, en la cual continuó actuando hasta un breve tiempo atrás dirigiendo “a los más viejos”.
“Yo voy a dirigir hasta que el físico me diga basta, mientras tanto estoy espléndido, así que sigo arbitrando”, comentó Perazzi en el inicio de la charla, además de dar a conocer que “estuve un poco parado porque me operé de la vista, pero ahora volví a dirigir; así que, de donde me llaman, allá voy”.
A continuación, aprovecha la ocasión para aclarar que en otra entrevista que brindó recientemente “nunca dije que los árbitros son soberbios” como salió publicado y, en ese sentido, explicó: “Siempre dije que para mí los árbitros no son soberbios, sino que hay diferentes personalidades”.
“Yo, por mi forma de ser, soy de hablar con la gente. En el baby me iba a tomar mate a un lado, después iba para la otra parte, hablaba mucho, les enseñaba a los chicos. Mientras que hay árbitros que no permiten eso y no quieren que ni les hablés ni le contestés.”
Lleno de recuerdos
Por su parte, en otro punto de la charla comentó que en el baby “tengo muchos recuerdos lindos porque en un momento tuve la suerte de dirigir todos los partidos más importantes”.
Igualmente, entre sus anécdotas más lindas, el “Toto” sorprendió y resaltó: “Tuve la suerte de que no me pegaran nunca, ni cuando dirigía a los grandes ni cuando dirigía a los chicos” y añadió “en mi tiempo era más complicado dirigir, pero más lindo porque hoy por hoy el mundo cambió mucho”.
Además, manifestó que tuvo “la mala suerte, en todos mis años en el baby fútbol, de expulsar a dos chicos quienes, actualmente, son muy buenos amigos míos y resultaron ser grandísimos jugadores”.
Más allá de dichos recuerdos, Perazzi recordó con mucha emoción la “despedida” que vivió en Plaza Ocampo y sobre ello sostuvo: “Uno de mis momentos más felices en el fútbol fue una despedida que me hicieron en la ‘Placita’. Yo ya había dicho que no iba a dirigir más en el baby y entonces el señor (Jorge) Alamo me dijo ‘te vamos a hacer una despedida’; a los días me mandaron a llamar a la Plaza Ocampo y allí había 300 chicos que gritaron ‘el Toto no se va’... imaginate lo que fue eso para mí”.
En tanto, respecto de la sensación que le generó que el torneo del baby llevé su nombre, indicó: “Me sorprendí cuando me llamaron a la reunión de la Liga y me dijeron que el torneo iba a tener mi nombre y apellido. Me puse muy feliz, chocho como chico con juguete nuevo, y lo acepté con total gusto”.
“Carisma”
Por su parte, Perazzi indicó que logró un gran reconocimiento porque “tengo mucho carisma con los chicos, los trato bien, no les falto el respeto ni les grito”. Y, en ese sentido, explicó un suceso que sintetiza totalmente su grandeza: “El otro día (mientras dirigía un amistoso del baby fútbol) había un chico que estaba muy enojado, entonces me acerco y le digo ‘¿cómo va a estar así, si es el mejor jugador de la noche? No se enoje, vamos, ¡juegue!’”.
“Esa es mi forma de ser y fue lo que me llevó a tener mucho cariño de los chicos, de salir de la cancha después de dirigir y poder abrazarme con todo el mundo”, señaló.
“Antes en el baby se insultaba mucho, pero a mí se me respetó siempre porque yo no me casaba con nadie, si tenía un error lo reconocía y si no estaba equivocado les daba una explicación y así me gané la simpatía de la gente”, argumentó.
Después, Perazzi destacó que “el arbitraje es mi vida, lo llevó en el alma” y, como si hiciera falta, agregó: “Si no mirá los años que tengo y quiero seguir dirigiendo”, a la vez que comenta que el miércoles dirigirá “un partido con unos ‘viejos’ de Hernando contra un equipo de Villa María”. Y allí estará el “Toto”, “siempre bien vestido”, como destacó en todo momento, para seguir aplicando su oficio.
Así concluyó una nota muy especial, previo a que “Toto” tomara viaje rumbo a Córdoba para acompañar a su cuñada, la hermana melliza de su ya fallecida esposa, hecho que no le permitió estar ayer en la inauguración del torneo.
Igualmente, su nombre siempre está presente en un baby fútbol que le brindó un reconocimiento muy merecido a un “Toto” que continua desplegado su gran pasión y seguirá escuchando en cualquier cancha de nuestro amado fútbol doméstico “siga, siga, siga...”.
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