Escribe: Juan Manuel Gorno





Como sucedió en varios partidos -sobre todo los últimos-, Alumni decayó en su nivel durante el segundo tiempo y, aunque alcanzó a sumar un punto importante en Sunchales (vital para seguir afuera del descenso directo), dejó escapar una gran posibilidad de ganarle a Unión, que remontó un 0-2 con un hombre menos y se lo empató 2-2 ante el reconocimiento de su gente, con un gol polémico, a los 44 minutos.
Se sabía en la previa que la clave de Alumni radicaba en robarse algo de Sunchales y, en ese aspecto, el punto se puede mirar con cierto conformismo; sin embargo, la forma en que se dio el partido lo castigó con el resultado, que pintaba para una victoria segura y se desvaneció por la actitud de Unión y la inocencia propia.
Pero así como Alumni amagó con una cosa y fue otra, se puede reflejar también con la tarde de Marcos Sebastián Godoy, un goleador tremendo que marcó la diferencia por duplicado, casi en el arranque de los dos tiempos, y al final se fue expulsado de manera infantil, con roja directa y por protestar el gol del empate.
Godoy era el hombre del partido y su luz se magnificaba desde los 7 minutos de juego, cuando tomó la pelota cerca del área, gambeteó a dos rivales con jerarquía y definió fuerte al primer palo. Un gol fantástico, en el cual varios hinchas de Alumni, totalmente sudados bajo altas temperaturas y de frente al sol, fueron testigos privilegiados, a pocos metros de la celebración del atacante.
Consciente de la búsqueda rival, Alumni esperó cerca de su área y apeló a la sapiencia de Emanuel Céliz para despejar cierto riesgo.
Unión tuvo oportunidades nítidas para empatarlo, primero con un remate de Molina que Sebastián Hernández desvió con una mano y después con un cabezazo errático de Matías Fler, apareciendo por el segundo palo tras un tiro de esquina.
Esa consigna de aguantar y aguantar en el fondo parecía darle mayores réditos a Alumni cuando comenzó el segundo tiempo y Godoy, después de un tiro de esquina, quedó solo en el área y fusiló al arquero Ocampo para rubricar el 2 a 0.
Toda era fiesta en Alumni. Unión se desesperaba y Nicolás Pautasso, por protestar, lo dejaba con un hombre menos antes de los 10 minutos.
El técnico local, Miguel Isabella, se la jugó sacando gente del fondo para poner delanteros a pesar de la diferencia numérica; no obstante, su equipo recién se avivó que podía resurgir cuando, a los 17 minutos, descontó Diego Fraire, quien le puso el botín a un centro que se desvió en un jugador y dejó desconcertado a Hernández.
Si Alumni aguantaba con una mayor ventaja, tras el gol de Unión quedó más refugiado y, a pesar de que contaba con la claridad en las salidas de Matías Bolatti (remplazó a Juan Aimar), le costó tener la pelota y no supo organizar los contragolpes.
De esta manera, a excepción de un remate de Godoy que Ocampo sacó al córner, Alumni no inquietó con un hombre de más y dio la impresión de que esperó sin reaccionar como debía, mientras su rival atacaba con actitud y desordenadamente.
La vergüenza deportiva del central Miguel Yuste, quien cerró en el fondo ante cada avance de Godoy o Lucas Gómez, le permitió al local no padecer demasiado en su arco mientras el resto se volcaba al ataque, afirmando sus avances de frente a Villagra, con Molina y el ingresado Leonardo Ochoa.
El cierre del partido, entonces, se veía venir. Unión empató cuando un centro cayó sobre el área y Diego Velásquez ganó en el salto ante Caler y Hernández; la pelota se fue al gol y los de Alumni protestaron una mano del delantero, algo que no se vio claramente.
Después Godoy se fue expulsado y la preocupación se trasladó hacia el lado de Alumni, que igualmente robó un punto de visitante. Un punto que no dio para festejar demasiado.