Docentes de la BBR le responden al PJ
Señor director:
Pareciera que algunos funcionarios, durante el devenir del tiempo; por el ejercicio de la función pública o vaya uno a saber por qué; pierden la memoria y la capacidad analítica para examinar la realidad y la historia.
Aquellos que hoy nos reclaman “respeto” avalan y forman parte desde hace ocho años de un gobierno que hace escasos días nos faltó el respeto a los docentes por cadena nacional.
Parecen desconocer algunos funcionarios que el Poder Ejecutivo Nacional cerró la discusión por el salario básico estableciendo $2.800, el día anterior al paro nacional establecido por CTERA.
Parecen olvidar algunos funcionarios su papel en la década del ‘90, de la cual hasta este mismo Gobierno reniega (cuando todos sabemos que apoyó esa gestión con su silencio, inacción y complicidad).
Pareciera que algunos funcionarios entienden por invertir en educación solamente construir edificios y regalar netbooks (a los alumnos y docentes de escuelas públicas).
Pareciera que algunos funcionarios no revisan datos de la historia argentina, pues parecen desconocer que hubo gobiernos en este país que destinaron mucho más del 6,5% del presupuesto nacional a la educación.
Pareciera que algunos funcionarios olvidan sus historias personales “educativas”, porque ¿quién, si no muchos maestros, formaron, educaron y guiaron a estas personas en la búsqueda del conocimiento?
Pareciera que algunos funcionarios ignoran que los diputados ni siquiera discutieron el aumento oneroso de sus dietas, que resulta obsceno y provocativo frente a los porcentajes que reclaman los distintos gremios en este momento.
La historia argentina guarda datos y estadísticas sobre la educación, pero somos los docentes los que hace décadas luchamos contra un sistema burócrata que año a año desmerece la carrera docente, no sólo despreciando el salario sino maquillándolo con cambios superfluos; que demuestran históricamente el sin rumbo de muchos gobiernos hasta el día de hoy.
Pareciera que algunos funcionarios no conocen el significado de la palabra y la acción de “respetar”.
¿Será respetar?
¿Será “respetar” el hecho de decirle al país que solamente trabajamos cuatro horas y gozamos de tres meses de vacaciones?
¿Será “respetar” amenazarnos veladamente con quitar el FONID, argumentando que la Ley de Financiamiento Educativo ya está sancionada?
¿Será “respetar” insinuar que somos irresponsables con la asistencia a nuestro trabajo?
¿Será, acaso, “respetar” apelar a la vocación docente y a la sensiblería barata de afirmar “los perjudicados son los alumnos” cada vez que realizamos una medida de fuerza?
¿Será “respetar” descalificar nuestra lucha como trabajadores que merecen un salario digno en relación a diputados y demás funcionarios?
Pareciera que algunos funcionarios desconocen profundamente el alcance de la tarea docente, que de ninguna manera implica ni esperar alumnos en paradas de colectivos ni tampoco ser los únicos responsables de “derrotar la pobreza, la falta de inclusión y la desigualdad”.
Achacarle esto a los docentes es ignorar el rol del Estado en una república.
Pareciera que algunos funcionarios repiten sin cesar la misma cantinela de siempre, aprendida para la ocasión; con el objeto, en este caso, de atacar a los que tenemos en nuestras manos el futuro del país.
Porque a pesar de todo y de todos, seguimos enseñando y aprendiendo, seguimos trabajando, seguimos formando personas analíticas de la realidad circundante. Porque sabemos que educar engrandece al ser humano, lo eleva por sobre el resto de las creaturas y porque estamos convencidos de esto es que luchamos; porque un docente luchando es un docente enseñando.
Docentes de la Biblioteca Bernardino Rivadavia y sus Anexos
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