Un joven oriundo de Oliva fue condenado ayer a cinco años de prisión, luego que reconociera haber asaltado a los miembros de una familia de aquella ciudad, a los que sorprendió con un cuchillo y en estado de ebriedad mientras descansaban.
Se trata de Jonathan Emanuel Ayún, de 22 años de edad, quien al cabo del proceso oral y público fue declarado autor responsable de robo calificado” por uso de arma blanca y “abuso sexual simple” (es decir, sin acceso carnal), porque durante el atraco manoseó a una adolescente.
Ayún confesó el hecho entre sollozos y hasta pidió perdón a los damnificados, en el marco de un juicio que se llevó a cabo en la Cámara del Crimen de Villa María, en el quinto piso de Tribunales.
La audiencia se realizó a puertas cerradas porque uno de los delitos cometidos por el joven olivense es de instancia privada, motivo por el cual ni el público en general ni los medios de prensa en particular pudieron presenciar el debate.
No obstante, pudo saberse que Ayún se quebró luego que compareciera el primero de los siete testigos que habían sido citados para declarar, lo que abrevió el proceso y adelantó su final.
Asimismo, trascendió que el ahora condenado asaltante atribuyó su accionar al problema que por entonces padecía con el alcohol, a tal punto que cuando consumó el robo y abuso se encontraba en avanzado estado de ebriedad.

s Cuando dormían

El hecho se produjo en horas de la madrugada del lunes 24 de enero de 2011, cuando Ayún ingresó al domicilio de una familia de Oliva mientras sus integrantes se encontraban durmiendo.
En esas circunstancias, el joven sorprendió a los moradores empuñando un cuchillo y bajo amenazas de muerte los obligó a entregarles el dinero que tenían, luego de lo cual manoseó en sus partes pudendas a una menor de aproximadamente 16 años.
Como consecuencia del resguardo que establece la ley para las víctimas de este tipo de ilícitos, no se difundieron las identidades de los damnificados ni mayores detalles del asalto, aunque se indicó que Ayún escapó del lugar con unos pocos pesos.
Sin embargo, la rápida intervención de la Policía de Oliva, tras la denuncia de la familia afectada, posibilitó la detención del malviviente casi de inmediato.
Cabe señalar que este convicto primario no registraba ningún antecedente penal computable, motivo por el cual se le impuso el mínimo de la sanción prevista por el Código Penal de la Nación para el “robo calificado” con arma blanca, que va de cinco a 15 años de prisión.
Esa circunstancia le permitirá a Ayún requerir la aplicación del beneficio de “libertad condicional” cuando cumpla los dos tercios de la condena impuesta, si es que observa buena conducta durante el período de detención. Y como las dos terceras partes de cinco años son tres años y cuatro meses, el joven olivense estará en condiciones legales de ser excarcelado a fines de mayo de 2014.

Falso testimonio

Si bien su prontuario no registra antecedentes, Jonathan Ayún estuvo detenido a fines de 2007, en el marco de un juicio que por entonces se le seguía a una mujer -también de Oliva- por haber promovido y facilitado la prostitución de una nena de 13 años en un bar de aquella ciudad.
El miércoles 5 de diciembre de aquel año, Ayún declaró en dicho proceso en calidad de testigo, y al cabo de su comparendo el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, solicitó su detención y procesamiento por la presunta comisión del delito de “falso testimonio”.
Por entonces con sólo 18 años, el imputado declaró en esa oportunidad de manera muy diferente a lo que había dicho meses antes en la Fiscalía de Oliva durante la instrucción de la causa.
Ayún era uno de los cerca de 20 parroquianos que se encontraban en el “Bar Mónica” la noche en que se produjo el operativo policial (fines de marzo de aquel 2007) y se encontró a la menor ejerciendo la prostitución, por lo que luego fue citado como testigo.
Sin embargo, tiempo después la Justicia le dictó la “falta de mérito” y más tarde lo sobreseyó, con lo cual Ayún quedó “limpio” desde el punto de vista penal.

Jueza y partes

El juicio de la víspera fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la participación del fiscal Márquez y de la abogada craikense María Cristina Valles como defensora, mientras que el secretario actuante fue Roberto Jue.
Ayún nació en Oliva en 1989 y al momento de su detención estaba trabajando como empleado en una carnicería de aquella localidad.