Una lástima resultó que sólo un par de espectadores, contados con los dedos de las manos, pudieran apreciar el delicado, riguroso, sensible y preciso recital que brindara el virtuoso guitarrista Horacio Burgos (foto), el viernes por la noche en el auditorio del club Sarmiento.
Sólo con su guitarra criolla, el barbado y pelilargo concertista (que había dictado un taller por la tarde en ese mismo espacio) logró plasmar una propuesta interpretativa que podía abstraer al oyente del resto de lo que sucediera a sus alrededores.
Tras confesar risueñamente que “una hora y media de un concierto de guitarra es medio aburrido”, Burgos -conocido sesionista en producciones de Alejandro Dolina- cerró con una entrañable versión de “Cinema paradiso” y “Libertango” de Astor Piazzolla.
J.R.S.
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