Eduardo Leguizamón, de Illinois, uno de los especialistas en semillas más destacados de la Argentina, sorprendió declarándole la muerte al futuro del girasol. “Es un cultivo que no tiene avance genético. No se le puede introducir un gen de otra especie porque se muere y mañana va a haber soja y maíz resistentes a la sequía y el girasol va a quedar ahí”, dijo. Asegura que se lo puede remplazar fácilmente con colza u otras oleaginosas.
Desde Nidera, la especialista en girasol Amelia Bertero, que lleva 43 años trabajando en el cultivo, aseguró que esa sentencia la escuchó muchas veces. “Sin embargo, creo que para el girasol es una ventaja no tener trangénesis, porque es aceptado en sitios donde no aceptan transgénicos y lo pagan bien. Hoy, en Argentina hay 1,8 millones de hectáreas sembradas. Es hasta mucho porque hay riesgo de que bajen los precios, dado que no es un comodities elástico”, aseguró.