Muy a menudo se suele acusar a los intelectuales de no interactuar con la sociedad en la que viven, de encerrarse con sus libros, en su torre de marfil y cortar todo cable a tierra con “el pueblo”.
Ante esa demanda, el doctor Carlos Daniel Lasa, profesor de la UNVM, ha decidido ampliar su curso anual de Filosofía no sólo a estudiantes de todas las carreras, sino a todo aquel que lo quiera cursar de manera libre y gratuita.
¿Cómo fue que decidió hacer este curso tan inclusivo?
-Porque en los últimos tiempos encontré en la ciudad a mucha gente con inquietudes filosóficas, personas a quienes le interesaría estudiar, pero no tienen dónde hacerlo o no quieren cursar una carrera. Y como la universidad es el ámbito del conocimiento por excelencia, pensé que podríamos dar esa posibilidad y en un horario accesible para quienes trabajan.
¿Cómo definiría el alma de este seminario?
-Se trata de una visión histórico-sistemática. Esto quiere decir que hay preguntas que le vamos a formular a los filósofos de las distintas épocas y así obtendremos respuestas de Parménides, Platón o Aristóteles en la Edad Antigua; de Agustín o Tomás de Aquino en la Edad Media; de Descartes, Kant y Hegel en la Edad Moderna o de Nietzsche y Heidegger en la Edad Contemporánea. Y así hasta llegar al último filósofo. Entonces se cumplirá un objetivo esencial de la materia y que no suele ser habitual en el ámbito educativo: el acto de pensar.
¿Y cómo describiría ese acto?
-Con las palabras de Sócrates a Teeteto, diciendo que el acto de pensar se realiza mediante la dialéctica “pregunta-respuesta”. Pero entre la pregunta y la respuesta median una serie de actos realizados por la inteligencia humana que se deben adquirir.

Aprendiendo a pensar

¿Estudiar a cualquier filósofo es “aprender a pensar”?
-Seguir a cualquier filósofo es hacer un recorrido de pensamiento, se esté de acuerdo o no con las respuestas que haya dado. Lo que importa es reformularse las preguntas perennes: ¿Cuál es el sentido de la muerte? ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? ¿Qué es la realidad? Estos interrogantes son siempre transhistóricos.
¿En las escuelas no se incentiva a los alumnos a que se hagan esas preguntas?
-Esas preguntas están acalladas por una cultura cuya lógica es absolutamente utilitaria. En la actualidad, las grandes preguntas están ausentes de los centros de formación. Hay un mecanismo que decide qué preguntas son las políticamente correctas. Y, como dice el filósofo Augusto Del Nocce, “esa censura se ejerce a través de la pedagogía”.
Entonces ¿podría decirse que su propuesta es distinta a la pedagógica?
-Es exactamente al revés. Lo que hoy se hace en la escuela es presentar un cúmulo de respuestas, pero nadie sabe respuestas a qué. Por eso el alumno no se involucra. En cambio, entrar en este dinamismo de pregunta-respuesta genera un recorrido propio junto al acto descubrir. Y al descubrir, el alumno estudia por gusto y no por obligación.
¿Su curso tendrá una ideología determinada?
-Todo profesor universitario que se precie tiene una unidad de pensamiento; y el programa de ese profesor, inevitablemente, va a responder a su visión. La mía es la metafísica. Pero eso no quiere decir que vaya a presentar sólo a los autores que están de acuerdo con mi posición o ridiculizar a quienes no lo están. La idea es invitar a pensar con cabeza propia junto a los grandes maestros de occidente.

Datos. El curso se dictará los lunes de 20 a 21.30 mientras que los martes en el mismo horario habrá lectura de textos de parte de dos profesoras. Los interesados podrán inscribirse en la Secretaría de Humanas del Campus o al (0353) 4539134/136.

Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-