Escribe: Pepo Garay
Especial para EL DIARIO
Semana Santa se viene con todo, y hay que buscar propuestas para la escapada. Y si de alternativas se trata, qué mejor que romper con los moldes y pensar en lugares relegados en la agenda turística convencional. En esta oportunidad, obsequiamos al viajero con tres capitales de provincias vecinas: San Luis, Santa Fe y Santa Rosa (La Pampa). Tres urbes que, junto con sus alrededores, no gozan de gran celebridad, aunque tienen mucho para ofrecer.
San Luis
Fundada hacia finales del Siglo XVI, la ciudad de San Luis deja ver en su fisonomía las huellas de la historia. Un municipio que aún goza de cierto aire colonial, con callecitas angostas, señoriales residencias y calma de pueblo chico. Su epicentro es la plaza Pringles, descansando en los alrededores de están las mejores ropas del lugar. Sobresalen la iglesia Catedral y su llamativa fachada de seis columnas, y el edificio municipal, de elegante y refinado diseño. Otro tanto hacen la antigua Casa de Gobierno, el Concejo Deliberante, la Peatonal Vía Rivadavia (corazón del comercio local) y el Antiguo Templo de Santo Domingo (erigido a comienzos del siglo XVII).
Sin embargo, lo más atractivo de la visita está en los alrededores. Aquello se adivina ya en las panorámicas que se aprecian desde el cemento, las de cerros gentiles y colores atrapantes. En ese sentido, resultan puntos álgidos los diques La Florida y Luján, las termas de San Jerónimo y los pintorescos pueblos serranos, como Estancia Grande, La Carolina o El Volcán.
Párrafo aparte merece Potrero de los Funes. Emblema de los encantos puntanos, respalda su fama en la Naturaleza que lo rodea. Un valle de 400 hectáreas que lo colma de bellezas.
Santa Rosa
La cabecera de la provincia de La Pampa no se anda con vueltas. Pone sobre el mantel la simpleza de su figura, lo apuesto de su trazado urbano. Son de subrayar espacios públicos como la plaza San Martín y, fundamentalmente, el precioso Parque Recreativo Don Tomás. Un vergel de 500 hectáreas repleto de arboledas y completa infraestructura para el esparcimiento y los deportes. Reina y señora del complejo es su laguna, que alimenta de vida a la ciudad. Otro aliciente es el Casino Club.
Pero lo que realmente suscita la atención del turista es el Parque Luro. Ubicada 35 kilómetros al sur de Santa Rosa, la Reserva Natural se luce con los típicos paisajes pampeanos, de llanura amplia y cielos aún más generosos. 7.600 hectáreas donde el principal atractivo radica en el avistaje de ciervos colorados.
Durante los meses de marzo y abril se realizan excursiones para observar de cerca el comportamiento de los ciervos en brama. Un espectáculo de la Naturaleza protagonizado por el líder de la manada y su harem, que llama la atención del viajero. Las casi 150 especies de aves que merodean en las cercanías mejoran el rededor. El cuadro natural se convierte en experiencia inolvidable.
Santa Fe
La capital de la provincia homónima destaca a partir de la influencia del Valle Aluvial del Río Paraná y sus riberas. Y es que el agua es el elemento esencial de Santa Fe, con la Laguna Setúbal (hija del Paraná) preñándola de carácter. De ahí que el puente colgante sea su emblema inconfundible. De ahí el movimiento que se genera en sus orillas. Los paseos por la costanera son rutina de la que nadie se cansa, en complicidad con la luna o el sol. En ese sentido, sobresalen las playas y arboledas de la costanera oeste y la Reserva Ecológica de la costanera este.
Es el agua la que también justifica la presencia de las famosas islas aledañas, en un entorno ideal para la pesca, la caza, los safaris fotográficos y la práctica de deportes acuáticos.
Pero además, Santa Fe suscita interés a partir del patrimonio histórico que alberga. Su condición de "Cuna de la Constitución Argentina", la riega de edificios interesantes para conocer. La plaza 25 de Mayo, la iglesia de los Jesuitas, la casa del Brigadier López y la de Manuel Leiva, el puerto, y la plaza Constituyentes son algunas de las construcciones relacionadas con la gesta.
Para aprender, disfrutar, y sacarle jugo a los días libres.
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