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Jesús Chirino






La muerte de Eva Duarte, esposa de Juan Perón, despertó un inmenso dolor en gran parte del pueblo argentino. Se dieron muchos actos populares por la memoria de esa mujer, pero también existían sectores sociales que desde posiciones políticas contrarias, de manera incomprensible, vieron con buenos ojos su desaparición física. A la par de esto se puso en evidencia cierto grado de intolerancia con aquellos que no llevaban el luto obligatorio en los lugares públicos.

Antorchas

Una fuente para acceder a lo que acerca de esto se dio en Villa María y zona es lo publicado entonces en la prensa local. Entre todos los periódicos veremos un ejemplar del peronista “Símbolos” que dirigía Luis R. Neyra López. En su edición del 16 de agosto de 1952 leemos acerca de diferentes actos en memoria de Eva Perón. Así vemos una carta de lectores que informa que el 2 de agosto se constituyó “una filial de la Asociación Amigos de Eva Perón” con el objetivo de difundir la obra y mantener la memoria de quien el 7 de mayo, los diputados nacionales del peronismo, habían declarado “Jefa Espiritual de la Nación”. Las autoridades provisorias de la novel organización local eran: presidente Tomás Fernández, vice Angel Beldi, secretario José Rodríguez, prosecretario Modesto Barbero, tesorero Carlos Surghi, protesorero Cruz Angel Domínguez y vocales Luis A. Del Prado, P. Barbagallo, Justino Tissera, Guillermo Pérez y Julio Alvarez.

En tanto el domingo 10 de agosto a las 14 horas, en la plaza 4 de Junio -actual Centenario- se realizó un importante acto con la presencia de las autoridades municipales, legisladores, jefe del Distrito Militar, autoridades de la Fábrica Militar, delegado de la Secretaría de Trabajo y Previsión, representantes gremiales, de la industria y el comercio. Un día de un gris amenazante, los altoparlantes retransmitieron las instancias de los actos que tenían lugar en Buenos Aires. Luego se emprendió la marcha hacia el cementerio a efecto de realizar un sepelio simbólico. Tanto en la plaza como en el cementerio, en nombre de la CGT, Francisco Milán le habló a la muchedumbre.

En Villa María también se realizó, como en distintos lugares del país, una marcha de antorchas en honor a Eva. Símbolos la describe como “impresionante” y dice que la muchedumbre inició su andar desde el local del “Partido Peronista Masculino de la Unidad Básica de calle Pte. Perón -actual Bs. As.- 1156”. También participaron “La Unidad Básica Femenina y demás unidades básicas partidarias, conjuntamente con la CGT regional de ésta y los sindicatos adheridos…” junto a autoridades municipales y eclesiásticas. El periódico peronista habla de un “público devoto” marchando “hacia el cementerio La Piedad portando millares de antorchas”.

En la zona

En Villa Nueva se realizó otro acto en el cementerio de esa ciudad, allí habló Carlos Casas. Entre otras cosas, dijo: “¡Valor!... Eva Perón la Jefa Espiritual de la Nación, el ángel titular de los humildes y desposeídos; el símbolo excelso de bondad y sacrificio; el paladín de la justicia social; el ejemplo jamás emulado del deber, la lealtad, del amor y la bondad; ha caído estrepitosamente…”. Luego señaló “Soldados del ideal: levantad hacia las alturas vuestros empañados ojos y vuestros corazones transidos de dolor; allí está nuestra Jefa y abanderada pasando su última revista a su grande y valeroso ejército de descamisados. Cuadrémonos bien y saludemos como se saluda a la Bandera de la Patria, porque Eva Perón, era para todos nosotros el símbolo sagrado de la democracia y el porta-estandarte de las libertades cívicas…”. Agradeció el homenaje “en nombre del sentimiento peronista que es norte y guía de las autoridades municipales…” y por último rogó a Dios por “ella y por los que, desde el mundo terrenal esperamos de tu infinita bondad y misericordia, el valor indispensable para afrontar la tremenda realidad. Que así sea”.

En tanto el 10 de agosto en la Unidad Básica femenina de calle Marcos Juárez 592, Villa Nueva, se levantó un altar. Habló la delegada subcensista María Cristina Giménez y cuando se hicieron las 20.25, la hora en que había muerto Eva, se dio por terminado el acto y las presentes decidieron llevar las flores al velorio de una señora peronista de familia humilde. Para ello salieron en procesión hasta el domicilio en que se velaban los restos de la compañera fallecida.

También hubo homenajes en Pasco. Ese domingo se erigió un altar en la plaza San Martín frente al cual Elisa viuda de Tarditti, del Partido Peronista Femenino, leyó una oración fúnebre. En el lugar hicieron guardia de honor obreros del Sindicato Unico de Trabajadores y docentes y alumnos de la Escuela Domingo Faustino Sarmiento. También hicieron uso de la palabra la secretaria de la unidad básica del Partido Peronista Femenino, Bety Rivolta, y Elsa Bocca en representación de la escuela cuyos alumnos depositaron una ofrenda floral. Antes de realizarse el oficio religioso, en nombre de los estudiantes, habló Gloria Urrutia.

Desde La Laguna también reportaron actos. Símbolos señala que allí “cumpliendo con órdenes impartidas de la superioridad, en la unidad básica femenina se levantó un altar simbólico donde se hizo guardia de honor permanente por las personas que asistieron al velatorio, siendo las mismas muy numerosas”. El acto central fue en la plaza San Martín, el 28 de julio a las 17.30 horas, se colocó una cruz con el nombre de Eva Perón donde representantes institucionales depositaron ofrendas florales. Hablaron el delegado municipal Jacinto C. Bosco, por la CGT Lucio Schiapparelli, Nelly Flores por la Escuela Nacional 245, Gloria Romero por la Escuela General San Martín y la subcensista del Partido Peronista Femenino Margarita L. Boaglio. Terminado el acto gran parte de los asistentes se dirigieron a la unidad básica donde se continuaba rezando por el descanso eterno de Eva.

Luto obligatorio

Ya la agonía de Eva había despertado excesos. Norberto Galasso, en su biografía de Perón, dice: “En algunos funcionarios la emoción se desborda en obsecuencia. En Diputados se forma una comisión pro-monumento a Eva Perón, en Senadores se declara texto obligatorio a La Razón de mi vida, en los colegios…”. El periódico Símbolos también refleja cierto espíritu poco tolerante. Bajo el título “Ultimo Momento. Ojo con los contreras” se critica a los empleados de la delegación local de Obras Sanitarias de la Nación por decidir usar luto recién a varios días del fallecimiento de Eva. El periodista escribió: “Aquí sí que haría falta otra intervención como la dispuesta por S. E. el señor gobernador de la provincia, Dr. Raúl F. Lucini al Instituto Bernardino Rivadavia. Señores diputados nacionales ustedes tienen la palabra, no es preciso que se siga teniendo en las reparticiones de este Gobierno justicialista a elementos detractores, ya es hora que desaparezcan de los puestos públicos todos los que no crean que ha llegado el instante de ser fanáticos peronistas y estar con lealtad e incondicionalmente con nuestro líder el General Perón y Eva Perón….”. También se comenta la exoneración de una maestra, en la ciudad de Córdoba, por haber hablado en contra del Gobierno y otro caso similar de la provincia de Buenos Aires. Advierte a los locales que se publicarían los nombres de quienes no eran leales al Gobierno y luego posiblemente la exoneración. El artículo refleja un clima de la época.


Tiempo después, mediante Ordenanza 887, del 22 de agosto de 1952, se estableció que la actual plaza Centenario, entonces denominada 4 de Junio, pasara a nombrarse Eva Perón.