Escribe: El Peregrino Impertinente
Parece que la Formula 1 vuelve a la Argentina. Sería a partir de 2013, de acuerdo a lo dicho por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la semana. Sólo faltarían firmar los papeles, y explicarles a las viejas que la Fórmula 1 es la máxima categoría del automovilismo mundial, y no una nueva marca de jabón en polvo.
Se trata de un regreso muy esperado, sobre todo por los fierreros. Fanáticos del planeta motor, desde que se enteraron de la noticia andan como locos. "Brummm, pasame un poco más de ensalada de brummm, por favor", le dicen a la mujer durante el almuerzo. La cabeza, evidentemente, la tienen en otro lado.
Más turismo
Lo cierto es que el desembarco de la competencia (que retorna tras 15 años de ausencia), no sólo implica un beneficio en materia deportiva, sino también turística. Seguida por millones de telespectadores alrededor del Globo, la carrera representa una excelente oportunidad para promocionar el país a escala planetaria. Tampoco es que los bólidos van a pasar sacando chispas con las cataratas de fondo. Pero el solo nombre "Gran Premio de Argentina" ayuda a vender.
La anfitriona sería Mar del Plata, hogar de las playas más concurridas del país y de los vendedores de ojotas más prestigiosos y respetados. O sea, que a los 137 millones de porteños que colman "La Feliz" en temporada, ahora se le sumarán otros tantos que van a querer ver los autos. Los guasos de la fábrica de alfajores hacen números y sonríen. Los vecinos que no tienen nada que ver con el rubro turístico, ya piensan en mudarse a Suecia.
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