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Los primeros meses son de fundamental importancia para obtener una buena visión |
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El ojo del niño es diferente al del adulto en varios aspectos, pues se caracteriza por variar sus parámetros de normalidad de acuerdo con su edad. El sistema visual infantil se modifica por crecimiento y por maduración.
El ojo humano crece rápidamente durante el primer año de vida y luego mucho más lentamente hasta la pubertad.
Asimismo, los primeros meses son de fundamental importancia para obtener una buena visión y binocularidad. Cualquier obstáculo que impida la formación de imágenes nítidas durante el período crítico de maduración o desarrollo visual traerá como resultado alteraciones en la visión de ese niño.
En el nacimiento la retina y la vía óptica no están maduras. Para que maduren estas estructuras es indispensable la llegada de imágenes simultáneas binoculares. La corteza cerebral visual es muy frágil y la falta de estímulos binoculares puede dañarla en muy corto tiempo.
La vascularización de la retina se completa al octavo mes de gestación en la zona nasal y en el noveno en la periferia temporal. La función de la retina periférica ya está madura en el niño de término, pero no así la fóvea. El incremento de la visión se debe al aumento en la densidad de neuronas de la visión, maduración de la corteza visual y mielinización de la vía óptica.
El crecimiento del ojo del niño puede ser alterado por disturbios visuales y por fuerzas físicas capaces de interferir en el desarrollo visual.
Mientras la refracción parece estar genéticamente programada las experiencias visuales durante la infancia indudablemente influyen también sobre ellas. Los factores que contribuyen a la refracción sufren cambios muy significativos desde el nacimiento a la adolescencia.
De la gran importancia de los primeros meses de vida en el desarrollo de las funciones visuales surge la necesidad de un diagnóstico precoz de las afecciones pasibles de tratamiento. Para ello es menester insistir en la realización de rutina de un examen oftalmológico al recién nacido y controles periódicos de la agudeza visual.
La Academia Americana de Oftalmología recomienda algunos exámenes de rutina en niños normales:
-recién nacidos a 3 meses
-los 6 meses a 1 año
-los 3 años
-los 5 años
Si se detecta alteración o anormalidad en el examen, el oftalmólogo indicará otra evaluación y frecuencia de controles.
A partir de los 5 años se debe hacer un control anual, el niño comienza su etapa escolar y cualquier problema de vista, por más insignificante que sea, puede provocarle dificultad en el estudio. La visita al médico es la mejor manera de cuidar los ojos y el futuro de los niños.
Los problemas visuales más comunes que podemos encontrar son la miopía y el estrabismo. En muchas ocasiones los niños no se quejan de su mala visión, por lo que será necesario estar atentos a ciertos síntomas.
Hay algunas pautas a tener en cuenta en los niños, incluso desde bebés, para ver si presentan algún tipo de anomalía visual.
Cómo controlar la visión en un bebé
- Temblor en los ojos.
- Desviación de uno o de los dos ojos sin razón alguna.
- Pupilas muy grandes o más pequeñas que las normales.
- Pupilas que no son bien oscuras u opacas.
- Ojos cruzados o hacia afuera.
- Alrededor de los 3 meses no sigue objetos móviles con los ojos y no es capaz de agarrarlos cuando va llegando a los 6 meses.
Cómo controlar la visión en un niño
En el caso que el niño sea un poco mayor, prestar atención:
- Si se coloca muy cerca del televisor o de la computadora.
- Si presenta dolor de cabeza y de ojos constante.
- Lee y escribe muy cerca de la hoja.
- Achica los ojos para ver algo que se encuentra lejos.
- Tuerce la cabeza o mira de costado.
- Si tiene dificultades en la escuela.
- No puede correr sin tropezar o caer.
- Tiene movimientos torpes.
- Lagrimea y tiene picazón en los ojos.
- Parpadea constantemente.
- Tiene sus ojos colorados.
Siempre se debe recurrir a un médico especialista en el tema para lograr un diagnóstico y tratamiento adecuado. Es la única persona capaz de velar por la salud de los ojos de sus niños.
Dra. Carolina Picotti
Especialista en Oftalmología y Oftalmología Infantil
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