"...el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite,
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego,
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido."

Mario Benedetti ("El olvido está lleno de memoria")


Al conmemorarse el 36º aniversario de la última dictadura cívico-militar, llevada a cabo el 24 de marzo de 1976 por las Fuerzas Armadas, consideramos necesario expresarnos en este sentido como agrupación política de jóvenes.
A partir de esta fecha se instrumentó en la Argentina un plan sistemático de imposición del terror y de eliminación de miles de ciudadanos sometidos a secuestros, torturas, detenciones clandestinas, apropiación de bebés y toda clase de vejámenes, asesinando a quienes se opusieron activa o pasivamente a los planes de sometimiento de la Nación, o a quienes no comulgaran con la filosofía de los usurpadores del poder.
Los principios irrenunciables del Estado de Derecho fueron suprimidos y sustituidos por delitos de lesa humanidad que injurian a la conciencia ética universal y a los derechos humanos, constituyendo la etapa más cruel e infame de la Nación, cuyas terribles secuelas aún persisten en la sociedad.
Es imprescindible destacar que la instauración de este modelo del terror en la Argentina y otros países latinoamericanos fue coordinado por el Plan Cóndor con la connivencia de los medios privados de comunicación, la pasividad de la comunidad internacional y la complicidad de muchos civiles, factores que, todos juntos, sentaron las bases sobre las cuales prosperaría el neoliberalismo más despiadado, que provocaría el vaciamiento político, económico y cultural de nuestra Patria en la década del ‘90.
Gracias al Proyecto Nacional y Popular iniciado por Néstor Kirchner en el año 2003, que hizo de los Derechos Humanos una verdadera política de Estado, y a la infatigable lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, fue posible la reapertura de los juicios, luego de la declaración de nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final y los decretos del indulto, y la condena de decenas de represores. Esto nos permite hoy transitar un camino de justicia, verdad y memoria.
Aun así creemos necesario expandir el debate y la reflexión acerca de los procesos históricos y los abusos perpetrados por los militares que gobernaron de facto a partir de 1976.
Por otra parte, es responsabilidad de las universidades el recuerdo permanente de esta etapa nefasta de la Patria como ejercicio colectivo de la memoria, con el fin de enseñar a las actuales y futuras generaciones las consecuencias irreparables que acarrea la sustitución del Estado de Derecho por la aplicación ilegal de la fuerza represiva del Estado, para evitar que el olvido pro picie su futura repetición.
Como jóvenes militantes de la JP Descamisados hacemos un convite a la reflexión y a la recordación de lo acontecido para que no caiga sobre nosotros la "enfermedad del olvido", que azoró al mítico Macondo de Gabriel García Márquez.
La memoria nos ayuda a iluminar el presente y generar el futuro en la vida de los pueblos.
El pasado no será pasado en tanto existan heridas sin cerrar y sólo cuando el último responsable sea condenado y los últimos vestigios del horror sean borrados, podremos cerrar un capítulo doloroso de la historia y decir ¡NUNCA MAS!

JP Descamisados Villa María
Corriente Peronista