Los padres y docentes que observen en el niño/ adolescente un comportamiento diferente al resto de sus pares deben estar alertas.
Hans Asperger, psiquiatra austríaco, descubrió en 1944 una sintomatología que conlleva una alteración en el proceso de la información, creando un comportamiento específico en aquellos niños (posterior adultos) que la poseen.
Haciéndose visible estos síntomas entre los 2 y 7 años de vida o mejor dicho es a partir de esa etapa donde padres y docentes comienzan a descubrir una diferencia en el comportamiento del niño y en muchos por desconocimiento son marginados, comparados con otros, castigados, discriminados o rotulados como raros. Otra posibilidad es ignorar la situación esperando un cambio natural, que no ha de suceder o buscar una ayuda que en muchas ocasiones no es la apropiada.
Si bien la inteligencia de estos niños/adolescentes no se ve comprometida y en algunos casos suele ser de un nivel superior a lo normal poseen características peculiares, que les dificultan la vida social, educativa y laboral.
Las características que presentan son las siguientes: (no necesariamente todas las características las posee el mismo individuo, puede haber variantes tratándose del grado de afección).
- Aspecto externo normal.
- Carece de empatía (entender intuitivamente los sentimientos de otras personas).
- Se relaciona mejor con adultos que con niños de su edad.
- Le cuesta el contacto social. Tiene facilidad para los puzzles o juegos de ingenio.
- Se incomoda en espacios abiertos o cerrados donde hay mucha gente.
- Le cuesta salir de la casa y romper rutinas.
- El colegio suele ser una fuente de conflicto en la relación con sus pares.
- Tiene dificultad para comprender las abstracciones.
- Carece de reciprocidad emocional (indiferencia hacia los sentimientos ajenos).
- Lenguaje oral enciclopédico y estructurado (no comunicativo de diálogo).
- Sabe lo que quiere decir, pero no lo puede decir de la misma manera.
- Carente de imaginación para compartir juegos de reglas poco claras.
- Rutinario e inflexible con su comportamiento. Se crean estereotipos.
- Tiene expresiones de afecto limitadas (rara vez besan).
- Contacto visual limitado, no lo usa como parte de la comunicación (mirada difusa, abstraída).
- No tolera bien los cambios imprevistos (rechaza una salida inesperada).
- Falta de perspicacia para la mentira y el engaño.
- Suelen ser objeto de burlas entre sus compañeros, lo que crea un problema de conducta y aceptación entre sus pares.
- La falta de empatía es el mayor problema para socializar.
El síndrome de Asperger es una patología que no tiene cura, pero sí adecuación social y para ello, se deben tener conocimientos de dicho síndrome. Padres y educadores informados son la mejor respuesta a la hora de brindar un tratamiento de apoyo.

¿Cómo se puede ayudar?

- Sin burlas (no comprenden la doble intención).
- Sin hipocresías (lo retórico para ellos tiene respuesta, lo entienden de manera literal).
- Sin exigencias motoras (suelen ser torpes para atrapar el balón o seguir una coreografía).
- Con afecto.
- Con paciencia.
- Con explicaciones claras, precisas y concretas.
- Con órdenes precisas y detalladas (mostrando primero cómo se hace, no deducen).
- No discriminarlos, ni rotularlos.
- No esperar deducciones (las abstracciones no las entienden).
Para aquellos que nos creemos "normales" por ser todos iguales, pensemos: "La Luna es diferente a millones de estrellas y no por eso deja de formar parte de nuestro cielo."

Marta Morra
Tel.: 4911526