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"Willie and the poor boys", cuarto disco del grupo |
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El cuarto álbum de los Creedence Clearwater Revival titulado "Willie and the poor boys" (Willie y los niños pobres), se caracterizó por un rock and roll que resultó poco menos que excitante y de una intensidad poco usual para este tipo de corriente musical.
Además contenía un valor agregado indisimulable, esto es, una severa crítica social con un compromiso moral de visible factura. El LP se terminó de editar apenas tres meses después del lanzamiento de otro larga duración del grupo, el conocido como "Green river" (Río verde). “Willie ...” estaba dirigido a un público que jamás se cansaba de la impetuosa y pequeña banda californiana. El disco se situó entre los 10 primeros, tanto en las listas americanas como en las del Reino Unido. Se dijo al respecto que este “long play” proseguía teniendo espacio para el clásico rock de los pantanos de la banda (en directa alusión al LP anterior, Río verde), aunque la crítica musical apuntó oportunamente que en comparación, los surcos de "Willie ..." trasuntaban una idiosincrasia más seria y menos pasatista que su antecesor. En esta placa que refiere a los niños pobres, se destacan 10 surcos y una de las creaciones concebidas por los hermanos John y Tom Fogerty es la titulada "Don‘t look now" (No miren ahora), un rítmico ensayo donde cobra preponderancia la batería de Douglas Clifford y que asemeja una crítica a la cultura juvenil de aquella época, que por un lado predicaba los derechos igualitarios pero que paralelamente solía aprovecharse de sus privilegios. El tema conocido como "Fortunate son" (Hijo afortunado) es aún más satírico comparado con el anteriormente citado. En el caso de "On the corner" (En la esquina), los músicos apuntan directamente a lo hipócrita que resultó la desafortunada intervención de los yanquies en la criminal guerra de Vietnam, concretamente a los retoños de cobardes senadores y millonarios que evitaron el reclutamiento. Otro de los surcos enrolado en las filas del rock duro, es el ubicado como Nº 2, titulado "It come out of the sky" (Algo cayó del cielo), un afectuoso y cálido tributo a las series alienígenas de los años ‘50. El respeto a las raíces se extiende al resto de las composiciones que integraron el LP en cuestión, manteniendo la génesis de los blues-folk tradicionales. La producción vendió dos millones de copias.
La tradicional joyería Caruso
En esta entrega se dedica el espacio a uno de los emprendimientos comerciales de dilatada trayectoria y prestigio de nuestra comunidad y su área de influencia, la reconocida firma Joyería y Relojería Caruso.
Resulta imposible desmenuzar una historia tan rica y colmada de acontecimientos en un puñado de renglones. De manera concisa, y para rescatar lo más elemental para este relato, puedo apuntar que en 1925 procedente de Rosario (Santa Fe) arriba a Villa María Aníbal Caruso, su esposa Rosa Rena y sus cuatro hijos. El más pequeño, por aquel entonces con 5 años, Arturo, fue reconocido por todos los villamarienses como "el Pocho" Caruso, orfebre de corazón, que con el paso de los años tomó la posta de sus progenitores. Los Caruso traían en su sangre la pasión por el rubro desde sus ancestros, porque don Luis (el nono de "el Pocho") ya conocía los gajes del oficio en su lejana y querida Nápoles, la Italia desde donde debieron emigrar porque la guerra era una realidad a todas luces. Esta pasión por la actividad que siempre los identificó comercialmente se ha ido trasladando con los años de generación en generación. Hoy por hoy, cuando nos referimos a su actividad, los habitantes de la Villa y de la región hablamos de Joyería Caruso.
Atilio Ghezzi
Especial para EL DIARIO
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