Miguel reúne todas sus fuerzas para guardar paciencia. No ve la hora de salir a dar su primera vuelta a la manzana después de la operación. Todavía se agita cuando habla -y no puede dejar de hacerlo, confiesa- detrás de su barbijo protector.
Se encuentra sentado en torno a la mesa de la cocina de su casa, junto a su madre Noelia, frente a un pastillero de cuatro filas, con cuadrículas repletas de medicamentos etiquetadas por horas. Se acomoda la faja que le cubre los quince puntos de sutura a la altura del estómago y pide disculpas por desinfectarse la mano que acaba de ofrecer a modo de saludo de bienvenida.
A sus espaldas, a pocos metros, tiene la puerta del baño al cual ahora ingresa con una alegría desbordante.Tuvo que esperar cinco años y dos meses para hacer lo que cualquier hijo de vecino practica habitualmente: orinar.
El reconocido locutor radial de Radio Centro y propietario de la FM Top comprueba día a día cómo es esto de renacer a los 43 años.

En el Día Mundial del Riñón

Usted atribúyale el valor que desee, si fue por casualidad, causalidad o por designios de la fe. A fin de cuentas, el pasado 8 de marzo, Día Mundial del Riñón, Bazán recibió el tan anhelado llamado.
“Me dijeron que tenía que viajar urgente a Córdoba porque había un caso con el cual podía tener el 80% de posibilidades de que sea compatible. En tanto, a mi sangre (la muestra) la habían despachado a Buenos Aires donde se hizo el control. Eran las 21.30 de ese jueves cuando los médicos del Hospital Córdoba -donde se atendió previamente y finalmente se realizó la intervención- me avisaron que al día siguiente, a las 7, me iban a operar. Fue un momento muy emotivo; nos abrazamos y lloramos todos. Los médicos, hasta estaban más contentos que nosotros”, rememora.
La familia de un niño de 10 años de Salta, que sufriera un Accidente Cerebro Vascular (ACV), donó el órgano destinado para Miguel, según la lista de espera nacional del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai). El riñón llegó por avión -como se estipula en estos casos- hasta la mesa de operaciones del hospital. “Yo observé cómo lo preparaban los cirujanos”, cuenta. “En total, la operación duró tres horas y pico. Lo que sí me aplicaron la peridural, que te duerme para abajo. O sea que escuchaba todo, aún medio inconsciente. Después estuve internado un par de días -los primeros, prácticamente aislado- hasta que el jueves de la semana siguiente pude orinar solo como dos litros. Y el día después me dieron el alta”, puntualiza.

Sin diálisis

Gracias a un “angelito” -como refiere mamá Noelia al niño donante- Miguel ya no tiene que destinar tres días por semana y cuatro horas por cada sesión de diálisis.
“Empecé el 12 de enero de 2007, con el doctor Ancarani, y hace dos semanas me hice la última en Córdoba. Cada vez que salía de allí me dejaba alterado. Es algo que no te hace doler pero que te va consumiendo de a poco. Además tenés que estar pendiente de eso. Yo no podía programar un viaje ni me dejaba tiempo para nada durante esos días. Ahora quiero volver a hacer radio y cantar, me encanta cantar”, agrega. Todo el proceso, según alega, podría haberlo superado cuatro años atrás cuando presentara un recurso de amparo ante el Tribunal de Justicia local, para que alguna de sus tres amigas (Mara Migoya, Paola Guevara y Gigi Mir, cuyo tipo de sangre era compatible) le donaran el órgano. “Hay antecedentes a nivel nacional pero ningún juez lo quiso autorizar aquí”, añade. Cuando recuerda el gesto de sus amigas se quiebra. “Es muy difícil encontrar a alguien que venga y te diga ‘te doy parte de mi cuerpo si te hace falta’”.
Le restan 15 minutos para tomar el combo de píldoras de las 20. Aunque para él se trata de un trámite habitual desde que era joven. “Estoy acostumbrado a las pastillas -que ahora debe tomar 22 por día- y las operaciones. Padecí artritis y tuve intervenciones en la garganta, en el apéndice y tres en la cadera”, añade. “Pero no importa. Quiero disfrutar ahora sabiendo que no dependo más de una máquina para vivir”.
Agradecimientos. Antes de despedirse, Miguel quiso agradecer a quienes también lo han ayudado en estos años: sus hermanos Gabriel y Cristian, el abogado Hernán Lucini, Raúl Costa, Rubén Aguiar de Fundayt y Edgardo Munch de Radio Centro.

"Hay falta de información"

Según se ha informado, se estima que hay cinco mil personas en nuestro país que esperan un órgano. Bazán postula que ante esa demanda, la población no responde en proporción con la donación.
“Hay una falta de información terrible. Tendría que haber una campaña constante en los medios y que personalidades como Tinelli, por su influencia, se sumen a su difusión”, indica.
Respecto a la Ley del Donante Presunto (que se dona salvo en el caso de que se manifieste lo contrario en el DNI), precisa: “Es un avance pero tiene sus trabas, porque cuando una persona está en condiciones de donar, si la familia no lo permite el médico no accede al trámite”.