A requerimiento de la Fiscalía de Cámara, y con acuerdo de la Defensa, la jueza Silvia Saslavsky de Camandone le impuso ayer una pena de cuatro años y seis meses de prisión, con declaración de reincidencia, a un presidiario con frondosos antecedentes penales que reconoció su culpabilidad en un hecho que inicialmente también tuvo como acusado a un conocido convicto local.
La condena recayó sobre Cristian Nicolás Cavallari, alias “Mapache”, de 29 años de edad, quien fue declarado autor responsable de los delitos de “portación ilegal de arma de guerra”, “portación ilegal de arma de fuego de uso civil” y “encubrimiento”, en este último caso por recibir un revólver robado que tenía el número limado.
Cavallari se hizo cargo de los ilícitos mencionados, luego que fuera detenido junto al tristemente célebre Miguel Román “Vasco” Unanue, quien recibió nada menos que 12 condenas de cumplimiento efectivo, todas por delitos contra la propiedad.
La confesión lisa y llana de “Mapache” desvinculó a Unanue del proceso, por lo que Cavallari permanece detenido desde hace poco más de siete meses y se sentó en el banquillo como único imputado. Y como admitió su responsabilidad en la causa, posibilitó que el juicio fuera de trámite abreviado.
En ese marco, este presidiario nacido en 1982 y con último domicilio en Juan Müller 590, en barrio Güemes de Villa María, dijo que las armas secuestradas eran suyas y “despegó” a su presunto cómplice de la que podría haber sido su 13ª sentencia.
En efecto, al caer la tarde del viernes 12 de agosto de 2011, Cavallari y Unanue circulaban a bordo de un Volkswagen Gol gris plateado, patente HXD 041, cuando fueron interceptados por la Policía a pocos metros de la intersección de los bulevares Vélez Sarsfield e Italia, frente al por entonces supermercado Disco (actualmente perteneciente a la cadena Vea).
Efectivos del Comando de Acción Preventiva que intervinieron en el procedimiento secuestraron un revólver calibre 38 corto de color negro, sin marca y con la numeración limada, y otro calibre 32, también corto, marca Bagual, plateado y negro. Ambos estaban cargados y con balas en las recámaras.
De acuerdo con la crónica periodística de aquellos días, ambos individuos estaban sospechados de que iban a perpetrar un asalto en un comercio cercano al lugar de la detención, según un dato que manejaban los investigadores policiales.
Sin embargo, Cavallari se hizo cargo de las armas y desligó a Unanue, quien recuperó la libertad poco después.
Además de la camarista Saslavsky de Camandone, participaron de la audiencia de debate de la víspera el fiscal Francisco Márquez y la asesora letrada Silvina Muñoz, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
Cristian Cavallari recibió así su quinta condena judicial (cuarta de cumplimiento efectivo) y fue declarado reincidente, por lo que tendrá que purgar en la cárcel casi la totalidad de la pena impuesta.
Si observa buena conducta durante el período de detención, podrá acceder al beneficio de la “libertad asistida”, instituto que permite la excarcelación sólo seis meses antes del cumplimiento total de la sanción impuesta. De ese modo, Cavallari estaría legalmente en condiciones de dejar el penal de barrio Belgrano a mediados de agosto de 2015, cuando complete cuatro años “a la sombra”.