Muy mal la pasó ayer un vecino del barrio 400 Viviendas cuando, en horas de la siesta, regresó a su casa de la calle Cánovas al 500 y descubrió que los amigos de lo ajeno habían roto una ventana y habían accedido al interior de la vivienda para hacer de las suyas.
Fingiendo que estaban haciendo una mudanza, tranquilamente, los cacos abrieron la puerta por el lado de adentro y se llevaron una cama de bronce de dos plazas que estaba en un pasillo lateral del inmueble.