Desde que asumió su nuevo período el intendente Eduardo Accastello, en diciembre del año pasado, no nombró entre los funcionarios para la nueva etapa de gestión a quien se desempeñara en como jefe de Gabinete de Asesores, Pilar Pedro Monesterolo.
Sin embargo, el hombre de confianza del mandatario local, sigue prestando servicios dentro de la Municipalidad. Para que no quedaran dudas, firmaron un agregado al contrato original fechado hace cuatro años atrás, especificando que la única función que debe cumplir Monesterolo es la del asesoramiento legal y no la de funcionario público.
Para circunscribir los pagos a la tarea acotada expresamente, pasó de ganar 13 mil pesos más IVA, a cobrar, desde enero de este año, 10 mil más IVA.
Ahora, los tribunos de Cuentas de la oposición, José Naselli (Partido Villamariense) y Francisco Maristany (UCR), evalúan que acciones tomar porque consideran que en los últimos años, el letrado percibió el ingreso por las dos actividades, desempeñando una sola.
Los tres mil pesos de diferencia en los cuatro años de gestión, arroja una cifra de más de 150 mil pesos.
@ La historia
El 2 de enero de 2008, el intendente y el abogado firmaron un contrato por el cual, este último se comprometía a realizar tareas de asesoramiento técnico jurídico por una parte, y, por otra, ejercer la jefatura y coordinación del Gabinete de Asesores de la Municipalidad.
Por Decreto 249/08, Monesterolo fue designado para esa función, la que empezó a cumplir instalado en una oficina que lucía un cartel con el nombre y el cargo.
Tras ejercer de esa manera la tarea por casi un año y medio, aparece otro decreto (el 790/09) en el que aclaran que el prestigioso letrado nunca había desempeñado el cargo de jefe de Gabinete de Asesores (pese a que así lo decía el decreto anterior y el cartel de la oficina).
En el medio, los tribunos de la oposición denunciaron en la Caja de Jubilaciones de la provincia la incompatibilidad de los haberes de jubilado de Monesterolo con los de funcionario público.
Para Naselli y Maristany, el segundo decreto no era más que “una maniobra concertada entre Monesterolo y la autoridad municipal, para eludir la incidencia de su nombramiento en una actuación administrativa en la Caja de Jubilaciones, por supuesta incompatibilidad en la asignación de un beneficio jubilatorio con el cargo supuestamente no desempeñado”, indicaron los tribunos.
Ante ese hecho, Monesterolo se presenta a la Justicia y pide una medida precautoria que fue concedida por el magistrado Fernando Flores, lo que le dio legalidad a la percepción de ambos haberes.
Las resoluciones siguientes del Tribunal de Cuentas aprobaban el pago, pero no dejaban de advertir el problema.
Todo transcurrió igual hasta el 14 de febrero, cuando para sorpresa de los tribunos, Monesterolo presentó una factura por menor valor. Allí advierten la “adenda” o agregado al contrato original, por el cual, el 17 de enero de 2012, el letrado y el intendente reconocen que la única obligación es la de asesorar legalmente.
Para Naselli y Maristany, eso “implica un reconocimiento de que no nos faltaba la razón cuando afirmábamos que Monesterolo cobraba importes que no le correspondían”, aseguraron.
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