La ganadería intensiva en la Argentina se desarrolla mediante el aporte de cultivos forrajeros producidos sobre todo en el verano. El déficit hídrico registrado en ese momento provoca efectos inmediatos de gran impacto tanto en la calidad de los forrajes como en el perfil nutricional de los animales que lo consumen.
Miriam Gallardo, especialista en forrajes conservados del INTA Castelar –Buenos Aires– explicó en las jornadas realizadas en Manfredi el 28, 29 y 30 de marzo, que esta situación afecta severamente la productividad del sistema para la temporada otoño-invernal. En este sentido es indispensable “el monitoreo, análisis y balance minucioso de la cantidad y calidad de los henos y ensilajes efectivamente disponibles”.
Los forrajes destinados a la conservación que más se utilizan son el maíz y el sorgo. Los buenos ensilajes de planta entera se realizan con panojas y/o espigas cuyos granos se encuentran en estado intermedio de madurez (granos pastosos) y los tallos y las hojas aún están turgentes, activas y con color verde.
“Los ensilajes de mayor valor nutritivo se logran con plantas que poseen de 35% a 37% de materia seca total (MS) al momento del corte”, dijo Gallardo, quien además agregó: “El contenido de MS es la variable de mayor impacto, por lo que todo factor que lo modifique alterará la calidad tanto durante el período de fermentación como al momento del suministro.”
De acuerdo con los especialistas del INTA, en las plantas bajo estrés hídrico con follaje seco y tallos con alta humedad, es necesario plantear estrategias de precisión en el corte y picado para lograr que el forraje no se deteriore durante su conservación.
Dieta
Otro de los disertantes de Manfredi fue el especialista Alejandro Castillo, ingeniero que trabajó en el INTA Rafaela y desde 2002 es especialista lácteo en la Universidad de Davis, California.
“Cada vez somos más dependientes de las reservas forrajeras. La fibra define los sistemas de producción. Para duplicar o triplicar las vacas en ordeñe hay que ir a un esquema de 30% de pasturas y 70% de forrajes y reservas”, propuso el especialista.
Castillo habló sobre la incorporación de granos de destilería con solubles (GDS), como “excelentes componentes de dietas”. Aseguró que existe una respuesta en la producción a los GDS que se puede establecer en un incremento de 1,2 litro de leche por vaca/día usando hasta un 21% de concentrados en la dieta.
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