“Uno sabe cuál es la primera copa pero nunca cuál es la última”, admite Juan T., con conocimiento de causa.
El es un alcohólico en recuperación y junto a Juan Oscar (en estos casos nunca se identifican los apellidos), se acercaron a nuestra Redacción para dar cuenta de la tarea que realiza el grupo de Alcohólicos Anónimos (AA) en Villa María.
“Nosotros no hacemos prevención, sino que asistimos a la persona que se percata de su problema y desea resolverlo. Tampoco aconsejamos que un familiar o un amigo lo obligue a ir. Tiene que ser por su propia voluntad porque de otro modo no es posible”, aseguran.
Alcohólicos Anónimos se abrió en Villa María en 1975, de la mano de Benjamín F., aunque a nivel mundial inició en 1935 en la localidad de Akron, estado de Ohio, en Estados Unidos.
Recién en 1952, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que el alcoholismo “es una enfermedad”. Juan T. y Juan Oscar agregan que “es permanente, que no tiene cura y sólo se puede detener. Ataca al sistema digestivo, neurológico y a todo el cuerpo. La persona pierde la voluntad y el alcohol maneja tu vida”.
Por eso, añaden, que es muy complejo para un familiar entenderlo como una enfermedad: “Creen que es un capricho, que uno es un loco o que es para dar la contra. Pero dejás de ser vos. Yo llegué a dejar plantada a toda mi familia, toda lista para salir, o no pude estar en Nochebuena por llegar mamado. Escondía los tetrabricks en el techo y entre las plantas para que no se diera cuenta mi esposa. Hasta casi me ahogué en la cama porque el vino me salía de la nariz de tanto que tomaba. Y podés llegar a tomar cualquier cosa que contenga alcohol. He escuchado casos de gente que tomaba hasta perfume”, confiesa Juan T.

Distintos tipos de consumidores

Aunque han estudiado que hay cierta tendencia hereditaria y propensión genética a la adicción, los representantes de AA indican que los factores para ingresar al círculo vicioso son múltiples. “Desde tener una falta de personalidad, de estar en una familia que toma cotidianamente o en un entorno que favorezca a ello”. También precisan que la sociedad no acompaña a la hora de descender los niveles de consumo, a partir de hábitos culturales impuestos desde hace tiempo y desde el bombardeo mediático a través de publicidades de venta de bebidas.
Asimismo, dentro de los consumidores, distinguen diferentes tipos mediante etapas. “La primera es del ‘payaso’, donde la persona es el hazmerreír de las fiestas y cuenta chistes. Luego, la del ‘tigre’ donde empieza a discutir y pelear. Por último, la del ‘chancho’, donde vive alcoholizado, no se baña, se aísla de la sociedad y suele vivir en la calle”.
Ante aquel que requiere ayuda, AA le provee diversa literatura y la aplicación de los conocidos “doce pasos, doce tradiciones”, que son utilizados en otros grupos de ayuda. “No somos de una iglesia ni una secta ni de un partido político. Es espiritual, de fe, amor y esperanza. Además el ingreso el totalmente gratuito y sólo nos mantenemos con nuestras contribuciones y donaciones”.

En guardia

En nuestra ciudad se encuentran vigentes tres grupos de AA, con un total de 60 integrantes, un número que se mantiene con los años, donde los hombres son la mayoría. Funcionan en la Asistencia Pública, en la Parroquia Nuestra Señora de Luján y en el Templo Evangélico (General Paz 262). Asimismo hay guardias durante las 24 horas en el teléfono 154136709.

Evento. Los días 7, 8 y 9 de setiembre se realizará un Congreso Argentino Integrupal de AA en el predio El Yuyal (sobre ruta 158), con una charla abierta para toda la comunidad.