Héctor Cavagliato fue uno de los que estuvo al frente del Fondo Patriótico en Villa María, ya que presidía el Centro Vecinal de barrio Palermo. Corría el año 1982 y los argentinos se contagiaban de la fiebre por Malvinas. La ciudad no era ajena a ese sentimiento.
“Todos teníamos el sentimiento de que se trataba de una reivindicación para el país, que era una cuestión formal de tomar posición. Creíamos y confiamos en que lo que ocurría en las islas estaba inspirado en una estrategia que tuviera asidero y razonabilidad”, expresó el periodista en una charla con EL DIARIO.
El destacado comunicador remarcó que él y los otros presidentes de centros vecinales “éramos simples vecinos que con algún grado de dirigencia acompañábamos todas las inquietudes”. “La idea era sumar, esperanzados ante lo que desde chicos nos decían: que nos correspondían, que las islas eran nuestras, de los argentinos”, señaló.
Los villamarienses respondieron con creces a la cruzada solidaria de enviar elementos a nuestros jóvenes soldados. “Los ciudadanos aportaban ropa, dinero, algunos hasta dieron sus joyas y artículos de valor. Supuestamente, uno pensaba que tenía como destino financiar o ayudar al operativo”, recordó.
“Fue una campaña de dos o tres semanas, hasta que se empezaron a palpar los resultados adversos”, añadió.
“Algunos intuían que nos encontrábamos ante una farsa. Yo era uno de los tantos argentinos que pensábamos que se obraba de buena fe, con razonamiento”, confesó.
Cavagliato dijo no recordar que alguien no quisiera sumarse a esta campaña de ayuda a los soldados. Cree que no hubo oposición pública al tema. “Todo el mundo estaba metido en el mismo barco. Es así, simbólicamente todos nos habíamos embarcado”, resaltó.
El animador radial consideró que el conflicto bélico “fue una especie de SOS o tabla de salvación” del Gobierno de facto instaurado en 1976 “para poder perpetuarse en el poder”.
“Fue un golpe de efecto, realmente. Un golpe de efecto trasnochado, porque se empezaron a ver las cosas. Fue pelear contando con una gomera, contra alguien que tenía un cañón. Fue una decisión descabellada”, afirmó.
“Demasiado han hecho los combatientes ante esta decisión de los militares. Unos dejaron sus vidas, otros quedaron mutilados”, se lamentó.
El conductor de “El tren de la noticia” enfatizó en que significó “una idea alocada, enviando a chicos, que además de muy jóvenes eran inexpertos, no tenían idea de cómo manejar un fusil”. “Fue mandarlos a una aventura sin razonabilidad”, apuntó.

Cavagliato lideraba la comisión vecinal del Palermo. Entonces, “era un barrio despoblado. Lo que hoy son manzanas edificadas, antes contaban con dos o tres casas”.
En el sector “se generó, como en otros lugares, ese espíritu de participación y de solidaridad”. Los vecinos planearon en aquellos años la edificación de una capilla, una sede del centro vecinal con un Salón de Usos Múltiples y un destacamento policial. No se logró.
“Queríamos una subcomisaría, para que hubiera un asentamiento policial. Se preveía en un terreno donado por Jorge Valinotto, pero fracasó porque quienes vivían al lado no querían”, detalló.
“Ya entonces bregábamos por el pavimento y era un momento diferente respecto ahora en capacidad contributiva. Recuerdo que hasta colocamos un cartel en el que se plasmaba la intención de crear el centro vecinal y lo demás pero murió en el intento, y no hubo apoyo de la Policía”, rememoró.
La barriada se plegó a la cruzada nacional.

El conductor radial aseveró que “nadie sabía sobre los desaparecidos”. Y que “había personas que tenían algún contacto esporádico con algún combatiente, pero todo era angustia”.
“Nos desayunamos con la realidad tiempo después, cuando se supo todo a nivel nacional”, explicó. ¿Qué sintió? “Una gran decepción, un gran desencanto”, declaró a este matutino.
“Más allá del resultado de la contienda propiamente dicha, lo cierto es que se utilizó a la gente con fines espurios y también para enriquecimiento de unos pocos”, subrayó. Lo comparó con una inundación en Santa Fe en la década del ‘60. “Fui y constaté que las cosas no llegaban a destino. Me dije que nunca más participaría de algo así”, señaló.
Cavagliato ya tenía nombre propio y fuerte en el mundo de los medios de comunicación villamariense, allá en los ‘70. Este hombre que a los 19 años ya era el contador General del municipio en la gestión de Isidro Fernández Núñez, recalcó que “no puede haber una guerra”.
“Es inviable. Si hay derechos, hay que hacerlos valer y para eso deben intervenir los organismos que dicen que están para velar por el cumplimiento de los derechos de las naciones, pero sabemos que siempre intervienen en beneficio de dos o tres poderosos”.
“Si no actúan como corresponde, si no se ponen los pantalones largos y actúan como deben, es inútil”, opinó.
En cuanto a la marcada postura del Gobierno nacional actual, de discutir sobre la soberanía argentina en las islas, Cavagliato se preguntó si “esto no será un artilugio para disimular los problemas que tenemos los argentinos”.
“Es sólo una pregunta que me hago. ¿No habrá algo detrás de esto, como hizo entonces el Gobierno militar?”, dijo.