Por Miguel Angel Juan
(especial para EL DIARIO)

Por primera vez desde que juega el Argentino A, Alumni ganó ayer en Salta y convocó a las buenas noticias en medio de tanto sufrimiento, como para recalcar que su sueño por permanecer en la categoría sigue intacto.
En una demostración de coraje y efectividad, el equipo villamariense le ganó 3-1 a Central Norte, que pugnaba por quedar como líder de la Zona Norte de la Fase Reválida, y el Padre Martearena fue entonces escenario de una algarabía que los villamarienses se debían, mientras siguen intactas las posibilidades por zafar del descenso directo.
A diferencia del partido perdido el miércoles (4-1 en Plaza Ocampo, ante Libertad), esta vez el elenco conducido por José Manuel Vázquez tuvo una actitud distinta, con seguridad en el fondo, compromiso en el medio y efectividad en el ataque, donde reapareció en toda su dimensión el goleador Marcos Sebastián Godoy, autor de dos conquistas.
El ex atacante de Juventud de San Luis tuvo una tarde inolvidable, pero vital fue también la inclusión de Diego Manicero, quien se convirtió en la llave para abrir la defensa local, a pura velocidad y gambeta, en el primer tiempo.
Central Norte venía de ganar por goleada el clásico con Juventud Antoniana y ayer salió decidido a pegar primero, preocupado más en el arco de enfrente que en el propio. Eso facilitó la labor de Manicero, quien casi siempre intentó encarar mano a mano y pasó sin problemas, llevando riesgo hacia el arco contrario.
Así, a los 5 minutos Alumni se puso arriba en el marcador, cuando Manicero habilitó a Joaquín Lencinas por derecha; el defensor envió el centro y allí apareció Juan Aimar para rematar. La pelota dio en el travesaño y picó adentro del arco, según marcó el asistente, más allá que Godoy luego aseguró con otro remate.
Aimar fue entonces el autor del primer gol del visitante, ante la sorpresa de toda la parcialidad salteña. Y el propio playosense estuvo a punto de anotar el segundo un minuto después, pero su cabezazo -tras jugada de Manicero- terminó desviado por Carlos Fretes.
El conjunto dirigido por Hubert Piozzi, con la velocidad de Germán Weiner y la presencia intimidante de Enzo Noir, merodeó el empate en un lapso de diez minutos, pero Joel Barbosa, Emanuel Martínez y Matías Villavicencio (le anularon el tanto por posición adelantada) se quedaron con las ganas.
Por entonces, la defensa de Alumni se rearmaba con criterio, con el pibe Juan Salort cumpliendo en sus cierres, más una gran tarea de Joaquín Lencinas para clausurar su zona.
Mientras, en el mediocampo, Federico Silvestre fue una rueda de auxilio importante, ante la intermitencia de sus compañeros en la línea de volantes.
Más allá de esto, Alumni pareció manejar psicológicamente el trámite del encuentro ante un rival que iba sin ideas, obligado por ser local y por su condición de “candidato” a ganar el cotejo.
Además, mientras Godoy arrastraba marcas, Manicero era indescifrable para la defensa local, a tal punto que, en una acción, eludió como un poste a Villavicencio y se la tocó a Matías Bolatti, quien no pudo definir. Y a los 25’, el ex Lanús hizo otra jugada con su sello para quedar solo ante el arquero Maino, quien tapó el remate. En el rebote, siguió la jugada y la pelota cayó en Godoy, quien -de espaldas al arco- ensayó una mediavuelta y definió con un latigazo bajo para rubricar el 2-0.
Complicado, Central Norte respiró un poco cuando, a los 30’, Manicero debió salir lesionado (lo remplazó Martín Dopazo), sin embargo, el ataque salteño no aprovechó esa situación: Noir se lo perdió de cabeza y Weiner encontró una buena respuesta de Hernández.
El arquero de Alumni fue más importante en el complemento, cuando Central Norte salió alocado en búsqueda del empate porque así lo remarcó también su técnico con los cambios, tomando riesgos.
Antes de los 15’ de esa etapa, Diego Villagra la sacó casi sobre la línea y Hernández, de manera brillante, salvó un tiro a quemarropa de Noir, para luego quedarse con un disparo del ingresado Matías Manzano.
Alumni respondió con una gran acción individual de Hugo Yocca que terminó en las manos de Maino, y diez minutos más tarde llegó el tercero, cuando Godoy hizo alarde de sus grandes condiciones, dejó atrás a su marcador y definió en forma espectacular: la tiró por un lado, la fue a buscar por el otro, el arquero quedó desairado y el atacante sólo tuvo que empujarla.
Godoy después salió remplazado, ante el aplauso de todos sus compañeros. Y al final, ni siquiera el descuento de Oscar Altamirano, a los 45’, puso en riesgo la gran victoria de Alumni. Una victoria que dio vida.

La figura

Marcos Godoy y Sebastián Hernández fueron pilares de la victoria. El primero porque anotó dos veces en el arco de enfrente y siempre resultó una pesadilla para el fondo local. Y el arquero porque tuvo intervenciones decisivas para custodiar su valla como se debía.

El árbitro

El santiagueño Francisco Acosta alternó buenas y malas decisiones, pero no influyó en el resultado. En el segundo tiempo tuvo algunas concesiones para Central Norte y pareció que lo llevaba al campo de Alumni con fallos polémicos, pero terminó bien el partido. En el primer gol se guió bien con su asistente para luego darle la conquista a Juan Aimar.