Acerca del aborto no punible por violación
Señor director:
Agradezco el poder expresarme como ciudadana común ya que mi conciencia no me permite callar.
Siento un profundo dolor en mi corazón y vergüenza ante semejante determinación legal y que más allá de cualquier ideología y ante lo científicamente demostrado de que el ser humano es tal desde el momento exacto de su creación cuando el óvulo es fecundado formando el huevo o cigoto, constituye ya en cuerpo, alma y espíritu, un ser nuevo por nacer, con identidad propia y única, a pesar de cualquier circunstancia por dolorosa que sea que le dio origen.
Ante lo conflictivo y traumático para la niña-madre merece no sólo la enseñanza y el apoyo de sus familiares, sino de todo el aparato de profesionales del Estado para acompañar su embarazo y cuidar al niño por nacer.
Al ser inocente de toda culpa ¿Por qué matarlo? ¿Quién protege esa vida totalmente indefensa a la merced de esta ley aprobada?
Escuché a un médico de la Maternidad de la provincia de Córdoba (institución escuela donde yo entendía que se atendía y albergaba tanto a la madre como al recién nacido) decir con satisfacción que él realizaría estos abortos sin ninguna objeción de conciencia.
Y ahora si como cristiana católica sabiendo que cada persona es a imagen y semejanza de Dios y él nos ha llamado a la vida por amor ¿Quiénes somos para decidir quién vive o no?
Hace unos años, un juez mayor dijo que bastarían unas pocas leyes básicas y mayor sentido común para legislar este país y yo agregaría un poco más de amor al prójimo.
Que así sea.
Adriana Lerda
DNI: 12145247
A 97 años del genocidio armenio
La lacerante tarde del veinticuatro de abril de 1915, algo cambió irremediablemente pero no sólo en Armenia, sino en el mundo entero.
Sin ahorrar siquiera una gota de sangre, la victimaria Turquía se dedicó sin pausa al exterminio del 75% de la población de una de las naciones más antiguas y culturalmente ricas de la historia con los métodos más inhumanos que pudieran concebirse.
No soy armenio…¿eso importa?
Hoy, cada vez que un armenio baila, cada vez que canta, cada vez que se pronuncia una palabra en su idioma, el fracaso del genocidio se muestra patético…
Otro 24 de abril, y casi van a ser cien años…
¿Dónde está la gente que no está?
¿Dónde están las aldeas, las cientos, miles de aldeas que fueron borradas del mapa?
¿Dónde está el millón y medio de armenios, que un día, simplemente, ya no estuvo más?...
Como ser humano, me comprometo con el enorme deseo de la justicia demorada, de la verdad silenciada, del fin de los mapas falsos, las historias paralelas, las mentiras de ocasión.
Ojalá alcance mi vida, a ver borrada la sonrisa victimaria, y ver descansar en paz a un millón y medio de inocentes víctimas.
No soy armenio…¿eso importa?...
A todas las víctimas del genocidio armenio pertetrado por Turquía.
Gustavo Sterczek
DNI: 22147627
Perros en la calle
Al caminar por las calles de mi pueblo, no pude dejar de notar el gran número de perros abandonados.
Toda mi vida he tenido de estos grandes amigos a mi lado, fieles, cariñosos, compañeros, quienes te brindan los sentimientos más puros.
Allí están, desprotegidos, hambrientos, lastimados, sin que nadie se preocupe por ellos.
Existe quien cuida de una cierta cantidad en su hogar, pero no recibe ayuda alguna. Es más, día a día, los mismos vecinos le llevan más y más perros.
¿No somos capaces de resolver esta problemática? Estoy convencido de que hay quienes colaborarían con el mayor de los placeres. Y yo soy uno de ellos.
Se habló de que se crearía una perrera municipal, pero mientras esto llega, ellos están allí, en las calles, sin comida, con el frío de la noche y sin el amor de un hogar.
Me atrevo a hacer pública dicha problemática… En busca de una solución.
L.J.
Ausonia
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