Escribe:

Jesús Chirino


Esa fue la fecha en que nació el Colegio Sarmiento de Ramiro L. Suárez, en el local de la calle 9 de Julio. En su obra “Historia de la educación en Villa María”, Bernardino Calvo sostiene que “la obra emprendida por Vitulo fue continuada por el maestro Ramiro L. Suárez, quien venía de desempeñarse como periodista en diarios de la ciudad de Córdoba -es calificado de finísimo poeta y elegante escritor- quien, desde el año 1916, en la calle 9 de Julio 155, reabrió las puertas del ahora denominado Colegio Sarmiento…”.
La obra que continuaba Suárez era la de Alfredo C. Vitulo quien fuera director de la Escuela Fiscal de Varones y que en 1908 fundó el Instituto Sarmiento en la calle Entre Ríos 1150. Este espacio de enseñanza laica y de carácter mixto luego se trasladaría a la esquina de la actual calle Bartolomé Mitre (antes Paraguay) y Entre Ríos. Por último funcionó en el mismo domicilio en que abrió sus puertas el Colegio Sarmiento de Suárez.
En 1914 Vitulo desarrolló un ensayo de escuela de Nivel Medio que debió abandonar por no contar con suficiente matrícula. Entre los pocos alumnos que estudiaron mientras duró esa experiencia, rindiendo en condición de libre en Río Cuarto, se destaca la figura de Antonio Sobral que cursó dos años del secundario en el Instituto Sarmiento de Vitulo, luego continuó sus estudios fuera de la ciudad recibiéndose de abogado.
El Colegio Sarmiento, de carácter privado y dirigido por Ramiro Suárez, incorporado a la enseñanza oficial mediante el correspondiente decreto de 1918, aceptaba alumnos pupilos, medio pupilos y externos. En él se dictaba enseñanza primaria y comercial, también se preparaba para el ingreso al Colegio Nacional y Escuela Superior de Comercio de la capital provincial; en ese momento no existían establecimientos de educación media en Villa María. Por otra parte en horario nocturno se desarrollaban clases para adultos. Se completaba la oferta enseñando “correspondencia, dactilografía, cálculos mercantiles y teneduría de libros”.

Traslado del
Colegio Sarmiento
de Suárez

Luego de tres años de una exitosa experiencia, en 1919, por aumento de la matrícula el colegio fue trasladado a otro domicilio. Suárez contrató un edificio en la esquina formada por la calle Bolivia (luego Balerdi y actual Antonio Sobral) y Tucumán. Se trataba de un modesto local donde quedó establecido el Colegio Sarmiento y la vivienda particular de la familia del maestro Ramiro. Así lo hizo saber a las autoridades locales, mediante una nota dirigida al municipio el primer día de agosto de 1919. En ese lugar según recordara el profesor Bernardino Calvo, en páginas de EL DIARIO, “llegaría a tener la matrícula más importante de todos los establecimientos educacionales, oficiales y privados, de la ciudad: 375 alumnos y una biblioteca de mil volúmenes para consulta del cuerpo de profesores y los alumnos internos y externos de la escuela…”.
Otra característica de este importante establecimiento educacional era su Museo Escolar, en el cual se encontraban numerosos elementos utilizados como recursos didácticos en el desarrollo de las clases. En la revista que en 1932 publicó la Asociación Española puede verse una propaganda del “Colegio Sarmiento Incorporado” donde se aclara que fue fundado en 1916 y dirigido por Ramiro L. Suárez. Allí se publican un par de fotografías, al pie de una de ellas se describe la escena: “Mapa desarmable, construido en el colegio para la aplicación del método activo en la enseñanza de geografía”. Es que Suárez desarrolló una forma de enseñanza en la que ocupaban un lugar destacado los diferentes adminículos didácticos como distintos tipos de gráficos, piezas de museo e incluso documentales. En el referido Museo Escolar entre tantas piezas de valor se guardaba un proyector que vecinos y ex alumnos habían entregado a Ramiro Suárez como obsequio de cumpleaños.
Con ese aparato en la escuela se proyectaban documentales y películas consideradas con valor didáctico.
Era conocida la inclinación de Suárez por destinar la mayoría del dinero que recaudaba a mejorar la educación que ofrecía la institución.
Así, el periódico local Tribuna en 1923 señalaba que a lo recaudado por el Colegio Sarmiento, su director lo destinaba a “aumentar el personal docente, adquisición de libros para la biblioteca escolar, refacción de locales, compra de mobiliario y material de enseñanza, institución de premios-estímulos”.
Suárez también supo fundar revistas cuyas subscripciones no siempre cobraba. Sin lugar a dudas era un gran educador, entregado por entero a esa gran pasión por la educación que tenía. En 1925 Suárez también desarrolló una importante experiencia al abrir la inscripción al Nivel Medio. En el primer año se inscribieron ocho alumnos, en tanto seis se apuntaron en segundo año.
De nuevo la experiencia debió terminarse por la baja matrícula. Villa María debería esperar para contar con “educación secundaria”.
Entrega de legado

Suárez continuó con sus esfuerzos en pos de mejorar la oferta educativa local. En 1920 preside la Biblioteca Bernardino Rivadavia y luego pasa a ocupar otros cargos. En 1927, junto a Antonio Sobral, participó de la creación de la Universidad Popular. Esta fue una más que interesante experiencia desarrollada por la mencionada Biblioteca. En 1930 participa del grupo de profesores fundadores del Instituto Secundario Bernardino Rivadavia que dirigió Sobral. Suárez no sólo dictó clases sino que ocuparía diferentes e importantes cargos en el mundo educacional de la ciudad. En 1937, cuando la flamante Escuela Normal Víctor Mercante abrió su Departamento de Aplicación de Enseñanza Primaria, Ramiro Suárez, que sufría por su militancia republicana, decidió transferir todos los bienes del Colegio Sarmiento a la Escuela Normal. Incluso transfirió el contrato de alquiler del local que ocupaba el Colegio Sarmiento que de esa manera cerró sus puertas. Habían pasado 21 años desde el inicio de esa experiencia que continuaría en la institución y la familia de Suárez que recibió su legado.