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Muhammad Ali y Michael Fox, dos famosos que padecen la enfermedad |
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La Organización Mundial de la Salud declaró, en 1997, al 11 de abril como el Día de la Enfermedad de Parkinson debido a la conmemoración del nacimiento del doctor James Parkinson, quien la padeció y describió por primera vez la «parálisis agitante», término que él mismo acuñó. El objetivo de recordar esta fecha tiene como premisa acrecentar la concienciación de las necesidades de las personas que padecen esta dolencia.
Definición
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, como consecuencia de la destrucción de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra (aún se desconocen las causas que provocan tal destrucción). Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.
Esta enfermedad representa el segundo trastorno neurodegenerativo por su frecuencia, situándose únicamente por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Está extendida por todo el mundo y afecta tanto al sexo masculino como al femenino.
En la actualidad, el diagnóstico tiene una constatación clínica, puesto que no se ha identificado ningún marcador biológico de esta enfermedad. Por ello, el diagnóstico de la misma se apoya en la detección de la característica tríada rigidez-temblor-akinesia y en la ausencia de síntomas atípicos, aunque también tiene importancia la exclusión de otros posibles trastornos por medio de técnicas de imagen cerebral o de analíticas sanguíneas.
Investigaciones y estudios recientes identificaron un defecto cerebral fundamental que es el distintivo de la enfermedad: las pérdidas de células cerebrales que producen un neurotransmisor - la dopamina- fundamental, entre otros, en los circuitos cerebrales implicados en el control del movimiento. Casi todas las formas de parkinsonismo son el resultado de la reducción de la transmisión dopaminérgica en las neuronas de los ganglios basales, parte de las vías dopaminérgicas del cerebro.
Descripción clínica
El diagnóstico puede realizarse en aquellos individuos que presenten al menos dos de cuatro signos cardinales:
- Temblor en reposo.
- Hipertonía muscular (rigidez muscular).
- Bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios).
- Pérdida de reflejos posturales.
El temblor en reposo, la ausencia de expresión facial, disminución del parpadeo y del movimiento de los brazos al caminar completan el cuadro clínico.
Manifestaciones motoras
- Bradicinesia.
- Alteración de la motricidad fina.
- Micrografía (estado en que la letra en manuscrita del paciente cada vez se hace más pequeña e ilegible).
- Hipofonía.
- Sialorrea. (producción excesiva de saliva)
- Temblor en reposo .
- Rigidez muscular.
- Signo de la rueda dentada o fenómeno de la rueda dentada
- Alteración de la postura.
- Inestabilidad postural.
No todos los síntomas aparecen en todos los pacientes y la evolución y progresión de la enfermedad es muy variable según los casos.
El tipo de temblor que aparece en pacientes con enfermedad de Parkinson consiste en una especie de agitación que aparece cuando el paciente está en reposo pero que disminuye cuando el paciente está realizando alguna actividad o durante el sueño.
La enfermedad puede aparecer con una ligera contracción en la cual el temblor suele afectar al brazo, la mano o los dedos conocido como «movimiento de hacer píldoras» o «movimiento de contar monedas» que se caracteriza por un movimiento de desplazamiento hacia adelante y atrás de los dedos pulgar e índice. Los síntomas de temblor afectan inicialmente un solo lado del cuerpo.
La pérdida del equilibrio puede hacer que el paciente se caiga y producir lesiones. Esta dificultad y la pérdida de la capacidad de mantener la postura se ven afectadas principalmente en la marcha, al girar y al permanecer de pie. También al intentar levantarse o al inclinarse adelante.
La bradicinesia o lentitud en los movimientos hace que el paciente se tenga que esforzar el doble para realizar sus tareas cotidianas porque se ven afectados, sobre todo, los movimientos de precisión como abrocharse los botones o escribir. Cuando la enfermedad avanza puede tener dificultades para levantarse de la silla, darse vuelta en la cama y tiene que caminar lentamente. Suele aparecer una «congelación» durante un breve período de tiempo cuando está caminando.
Manifestaciones no motoras
- Depresión y ansiedad.
- Alteraciones cognitivas.
- Trastornos del sueño.
- Alteraciones sensoriales y dolor.
- Anosmia. (Pérdida o disminución del sentido del olfato)
- Trastornos de la función autonómica.
A veces los pacientes refieren dolor en las piernas por calambres, frío, ardor o sensación de entumecimiento y dolor de cabeza (cefalea) o dolor de cintura (lumbar).
Las dificultades para dormir se deben a la ansiedad, el dolor o la rigidez muscular. Es fundamental que el paciente duerma bien y realice un buen descanso porque el sueño reparador mejora los síntomas parkinsonianos.
La depresión puede ser causada por la enfermedad o por una reacción a la misma. Algunos pacientes se deprimen cuando les dan el diagnóstico. Los signos de depresión incluyen alteraciones del sueño, de la memoria, del apetito, del interés en la vida social o sexual, pérdida de energía o motivación para ciertas cosas y un concepto negativo de sí mismo. Al paciente le cuesta aceptar su estado y se enoja por sus limitaciones.
La ansiedad aparece ante cualquier situación estresante, por no poder realizar las tareas cotidianas como el paciente estaba acostumbrado o por tener que hablar en público. La ansiedad puede llegar incluso a provocar mayor inestabilidad, dificultad para respirar y sudoración excesiva. Para evitar que esto suceda son de gran ayuda las técnicas de relajación.
Entre las alteraciones cognitivas suelen aparecer dificultades en la concentración, la memoria, el pensamiento enlentecido, la capacidad para planificar tareas complejas o para realizar varias tareas a la vez.
La contención emocional de las personas que rodean al paciente es fundamental y un componente clave en la atención del parkinsoniano pues le proporciona numerosos beneficios.
Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson consiste en mejorar o al menos mantener o prolongar la funcionalidad del enfermo durante el mayor tiempo posible. En la actualidad, el tratamiento puede ser de tres tipos (aunque son viables combinaciones): farmacológico, quirúrgico y rehabilitador.
Instituto INEDI
Servicio de Atención al Paciente
Santa Fe 1280
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