“Fortalecer una categoría propia de análisis sobre la realidad de América Latina” es lo que responde el licenciado Francisco Pestanha cuando se le pregunta por el objetivo de estos cursos de formación política titulados “Pensar en nacional”, que están organizados por la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), área coordinada por el magíster Omar Barberis.
Y cuando se le consulta acerca de qué constituye el pensamiento nacional y popular, Pestanha sintetiza: “Es la relación de tensión entre el centro y la periferia, entendiendo el centro como la cultura europea y la periferia, bueno, nosotros, a quienes hay que civilizar”, explica.
Lo que no tiene en cuenta el discurso culturalizador eurocéntrico es que “somos una Nación con raíces milenarias. Puede que seamos un Estado relativamente joven, pero nuestra cultura es ancestral. De hecho, yo fumo un pucho -dice, señalando el cigarrillo y aclara- pucho, uno de los tantos vocablos quichuas que tenemos incorporado a nuestro lenguaje cotidiano. Y cuando nos enfermamos, primero, probamos con algún yuyo, antes de ir al médico”, ejemplifica Pestanha haciendo gala de su capacidad docente.
“Se trata de pensar el país con categorías propias, desde una conceptualización propia también”, argumenta el periodista e integrante del Instituto de Revisionismo Histórico “Manuel Dorrego”, quien a la vez afirma que “hay muchas cosas de nuestra historia y nuestra identidad que no nos enseñan en la escuela o en las universidades, algunas porque son de neto corte popular y no están en los libros, sino en el acervo que forma parte de la cultura popular, las canciones, la tradición oral... y otras, porque están en libros de escritores y pensadores que no han sido bien vistos por la tradición cultural eurocéntrica. Yo los llamo los desaparecidos culturales”, dice Pestanha.
Para dar un claro ejemplo de lo que quiere decir cuando se refiere a aquellas cosas que no nos enseñan en las academias, de todos los niveles, siempre más bien proclives a respetar el orden establecido, el periodista se refiere al símbolo patrio por excelencia: la Bandera.
“Cuando Manuel Belgrano creó la Bandera le puso en el medio un sol. ¿Quién era ese sol? Inti, el Dios sagrado de los incas. Pero eso no te lo enseñan, como no te dicen que la Declaración de la Independencia se redactó en tres idiomas: español, quichua y aimara.”
Y es cierto, eso, al menos en algunas generaciones pasadas no hace tanto, no te lo enseñaban en la escuela.
Ahora, desde la UNVM, se abre el juego hacia un pensamiento nacional y popular, capaz de unir con un mismo lazo “la poesía gauchesca, el tango orillero y el rock, del que los jóvenes de los ‘60 y ‘70 de este país tomaron prestado el ritmo y pusieron poesía propia”. Un juego de la mente que tiene como objetivo que podamos vernos a través de nuestro propios ojos y no de los ojos de otros. Y, así, encontrar visualizar nuestra identidad, que no es que no exista, sino que a veces las luces de colores de París, New York o Barcelona no nos dejan ver, por encandilamiento.

Se va la primera

Cabe consignar que la charla y taller dictado por Pestanha ayer fue la primera de las cinco que prevé el cronograma de actividades de este ciclo titulado “Pensar en nacional”, coordinado por Omar Barberis, Gonzalo Pedano y Javier Ludueña y que está dirigido a estudiantes, egresados y público en general.
Los próximos disertantes serán Norberto Galasso; Jorge Coscia, secretario de Cultura de la Nación; Aritz Recalde, director de Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús, y Gonzalo Pedano. Para mayor información dirigirse al Instituto de Extensión Universitaria de la UNVM, ubicado en Santiago del Estero 1365.