Como en las viejas épocas cuando alentaba a Molina, Ruidavets o Beltramo, el dirigente de Alumni Eduardo Rodríguez se pegó al alambrado el domingo, en Rosario, y palpitó cargado de adrenalina los últimos minutos del triunfo épico ante Tiro Federal.
“Lalo” miraba la hora, tomaba el celular para preguntar sobre el partido de Unión de Sunchales-Juventud Antoniana y sufría al lado de todos los hinchas.
Al final, con la victoria, lo festejó como un chico, saltando, emocionado. Y no era para menos.
Rodríguez, acompañando a su hijo Eduardo Luis y preocupado por el momento deportivo del club, dio fuerzas para iniciar la Unidad de Gestión, se puso la situación al hombro a principios de año y tomó protagonismo para cambiar las cosas, apostando a la llegada de su amigo Miguel Angel López.
A partir de allí, Alumni no fue un derroche de fútbol, pero tuvo sus méritos. Le descontó 11 puntos a Unión y zafó del descenso directo, algo que pocos imaginaban a fines del año pasado.
“Le diría que el del domingo fue uno de los mejores momentos que pasé con Alumni, comparado al triunfo en el 80 en Santiago del Estero, que nos clasificó al Regional, o el triunfo ante Estudiantes en Río Cuarto que nos daba el pase a la final del Regional, con el gol de Jorge Molina, aunque esta vez fue más angustiante porque se trataba del descenso”, confesó el directivo, en diálogo con EL DIARIO.
“Se asemejó a esas proezas; antes del triunfo éramos pocos los que pensábamos que nos podíamos salvar y algunos era por una cuestión de optimismo, de deseo”, añadió.
“Junto a la emoción también se agregaba la angustia, pero los muchachos jugaron un partido extraordinario, por eso digo que hemos contado con un plantel de unas condiciones como pocas veces lo tuvo Alumni”, elogió luego, para finalmente revelar que “hubo una jugada donde la pelota pasó a media altura entre varias piernas y le aseguro que me tiré junto con Hernández detrás del alambrado”.
Un día después de la gesta, “Lalo” también sostuvo que “los jugadores son quienes más pusieron en esto”. Además, aseveró: “Lo que tiene nombres propios son las derrotas y los abandonos; el aporte de gente y los logros son producto del conjunto”.
Más allá de esto, el dirigente afirmó que “hay que empezar a pensar para que se mejoren la capacidad deportiva e institucional y se emprolijen las cosas. Estamos en víspera de que se genere un Alumni un poco más ordenado, para trabajar sobre lo importante porque, en definitiva, hemos estado trabajando sobre las urgencias”, agregó.
De todas maneras, recalcó que “para los partidos de Promoción hay que mantenerse sí o sí y resultará difícil porque hay recursos que no ingresan, si bien hay gastos que no se producen”.
En ese sentido, afirmó que por estos días “se pagará parte de febrero porque seguimos así, achicando los períodos adeudados”, haciendo hincapié en que, cuando asumió la Unidad de Gestión, Alumni debía tres meses.
“Esto no es nuevo en el fútbol ni es patrimonio de Alumni; Juventud Antoniana le debe tres meses a sus jugadores, aunque eso no hace que nos salvemos de estar en deuda, pero indudablemente es una constancia en el fútbol”, indicó.
Por todo esto, pidió que “haya gente de la ciudad que vuelva a efectuar los aportes que hacía”.
“Queremos abrirnos en la ciudad para ofrecer buenas expectativas de fútbol y, si lo hacemos exitosamente, la historia será otra”, aseveró.
Por este motivo, “Lalo” sostuvo que “si las cosas marchan bien, esta será la última vez que Alumni jugará por no descender”.
Consultado sobre por qué “los jugadores se sintieron solos”, como lo dijeron algunos de los propios integrantes del plantel, Rodríguez comentó: “Puede haber algunos muchachos que no se sintieron acompañaron, pero hicimos lo que se pudo en las urgencias; siempre tratamos de contener, de suavizar algunas rispideces que se presentaron”.
Por último, anunció que el club se va a normalizar y, por ende, espera que llegue la ayuda del Gobierno de Córdoba, que aporta en todos los clubes de la provincia que militan en un nivel superior, menos en la entidad villamariense.