El que suscribe esta nota, padre de Facundo, hijo con una discapacidad motriz e intelectual; deseando destacar un gesto de alto valor moral, al menos para nuestra familia, que recibió el domingo próximo pasado y que a continuación comento:
En nuestra Iglesia Catedral, en misa de 11 horas, mi hijo percibe la presencia del jugador de fútbol de Alumni de nuestra ciudad, Víctor Rena (su ídolo futbolístico) a quien, al terminar la celebración, aborda y con su dicción poco clara le habla sobre el encuentro de fútbol que disputará esa tarde el club Alumni, del cual mi hijo es fanático simpatizante.
Rena, con una notable muestra de caballerosidad y cordialidad, lo saluda y le pregunta en qué lugar del estadio se va ubicar a la tarde, asumiendo el compromiso que durante el juego va convertir un gol y se lo va a dedicar personalmente.
La cuestión es que sobre el último minuto del encuentro, Rena consigue el gol prometido y grande fue nuestra sorpresa, ya que después de festejar con sus compañeros de equipo, se dirige hacia el alambrado olímpico, ubica con la mirada a Facundo en la tribuna, lo señala con el índice, mi hijo se le acerca y recibe el cariño afectuoso del goleador, que le dice: “TAREA CUMPLIDA, este es el gol prometido”.
Esta situación, para la mayoría de las personas, podría parecer algo natural, no así para mi hijo, ya que en sus retinas y su disminuida mente, quedará grabado cómo unos de los momentos más importantes de su vida, ya que todavía manifiesta su alegría y emoción relatando lo ocurrido.
Por último quiero destacar dos cuestiones, primeramente que toda nuestra familia agradece por la emoción que vivió Facundo, y en segundo lugar, hacerle saber al Sr. Víctor Rena que mostró su sensibilidad y una actitud antidiscriminatoria, que estamos seguros que el Altísimo obrará de manera recíproca para con su persona, iluminándolo, ya sea en la fase deportiva, como en su vida particular.
Dardo Amaya y familia
D.N.I 6.598.292