Estimado Ricardo:
Existen metas difíciles de alcanzar. Especialmente, cuando es meritoria y digna y, por ende, implica inteligencia, eficiencia y mucho esmero, por lo que se concretó exitosamente.
El monolito de la plazoleta Profesor Gaspar Barbero ha dejado de ser anónimo. Las dos placas colocadas durante su gestión demuestran que allí existe un espacio socio-cultural-histórico que honra a la ciudad.
Porque destaca la trayectoria de un docente de alma que dejó huellas profundas en la historia educacional de Villa María.
Su gestión como defensor del Pueblo ha sido fructífera en todo sentido. Brindando soluciones con capacidad y excelente voluntad. Siempre puestas de manifiesto. Un verdadero honor para todos los que lo secundaron en su labor. Y un honor para todos los que estamos en su círculo de amigos. Que siga encontrando mucha luz en todos sus emprendimientos. Con sus valores, su altura y su entrega, el éxito siempre estará asegurado.
Hago extensivo mi agradecimiento al señor Daniel Climaco, por su colaboración y apoyo permanentes.
Al señor José Andrés Escamilla, quien siempre dice presente. Y finalmente mis palabras de sincera gratitud dirigidas a usted, señor intendente Eduardo Accastello. Por avalar el proyecto desde el comienzo y colocar el broche de oro con la puesta en valor de la plazoleta.
Esta revaloración que sitúa una vez más al profesor Gaspar Barbero en un lugar preponderante en los valiosos anaqueles de la historia de nuestra ciudad y enaltece su eximia personalidad, como diría el ex intendente Horacio Cabezas.
Usted tomó la iniciativa, Ricardo, y otros valiosos aportes se sumaron.
Ana María Barbero
de Baromei
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|