Escribe: Gaspar Bachanini

Rivadavia demostró en Pasco que está bien ubicado como escolta del indiscutido líder Universitario.
En un partido complicado -por lo que significa siempre enfrentar a 9 de Julio en su cancha- el Verde que conduce José Luis Danna dejó aflorar su personalidad para volver a Arroyo Cabral con la certeza de que su clasificación puede darse sin complicaciones, si sigue por el mismo camino.
Más allá de esto, un buen partido se vio en Pasco, con dos equipos que disputaron cada pelota como si fuera la última y con los jugadores que se necesitan para imponer la pausa y la precisión en el juego.
Si bien durante media hora no hubo situaciones realmente claras de gol, ambos elencos intentaron crear circuitos de juego y llegar con pelota dominada al área rival.
Como consecuencia, Lucas Damiani en la visita y Claudio Coria en el local, eran quienes más debían trabajar en el centro del campo.
A los 27’ pasó lo que muy pocos esperaban. Los jugadores de 9 de Julio cometieron el error de protestar excesivamente un fallo arbitral y esto fue aprovechado al máximo por el Verde. Damiani guapeó la posesión y fue favorecido por la inestabilidad de Rodríguez, quien resbaló en el intento por rechazar y casi sin darse cuenta, Lucas Damiani quedó pie a mano con el arquero. El volante central se anticipó y la punteó al medio para que Cerutti convierta el gol más fácil de su vida y ponga en ventaja al equipo cabralense en un partido muy parejo.
A partir de allí, el visitante se replegó bien en el fondo y trató de no permitir la creación de peligro del rival, saliendo rápido en contragolpe con las subidas de Domínguez y Torres, y apoyándose en la prolijidad de Barengo para lastimar.
Mientras, los de Pasco intentaron abastecer a sus potentes delanteros, haciendo repetitivas sus acciones y por ende, estas eran bien neutralizadas por la defensa contraria.
La segunda parte transitó por el mismo rumbo hasta que, en uno de tantos intentos aéreos, el centro enviado por Cavallía hizo conexión con José Fernández. El “Kiti” desvió mínimamente la trayectoria del balón y esto fue suficiente para hacer imposible la reacción de Berardo y estampar la igualdad que encendía nuevamente el partido.
Sin embargo, la paridad fue una condición efímera, ya que tres minutos más tarde, el botín izquierdo de Torres dibujó una jugada fantástica y dejó de frente al gol a Barengo para que el mediocampista ofensivo batiera una vez la resistencia impuesta por Luciani.
Sin dudas, esto golpeó a 9 de Julio en lo anímico, haciendo que los espacios libres estén presentes cada vez con mayor frecuencia.
Sólo alguna ocasión encabezada por Fernández pudo haber decretado la paridad, pero la falta de precisión en la última línea fue un impedimento tan grande como el gol que coronaría una tarde perfecta para Lucas Barengo.
En tiempo de descuento y con todo un equipo volcado en ataque, la figura de la cancha tomó el balón en tres cuartos de campo, eludió a un par de rivales y tuvo la frialdad para definir por sobre la integridad de un adelantado Luciani. Golazo y tres puntos vitales para las expectativas de Rivadavia, que sigue en los puestos de vanguardia y mantiene un nivel de juego regular en cada una de sus líneas. Algo que será fundamental para seguir por la senda de la victoria y dar pelea hasta el final del torneo. Mientras, 9 de Julio deberá mejorar en varios aspectos, aunque sin dudas que tiene material suficiente para salir adelante.


El árbitro

Una actuación irregular la de Pablo Juno. Si bien no influyó en el resultado final, tuvo decisiones discutidas por ambas parcialidades. Debió expulsar a Doñabeitía si su asistente Walter Ramos lo hubiera advertido y debió mostrar alguna amarilla más. Bien el primer asistente Jorge Verón.

La figura

Lucas Barengo demostró su talento una vez más. Convirtió dos goles, uno de gran factura, y fue una pesadilla para la defensa rival durante todo el segundo tiempo. A destacar lo de Santiago Domínguez por el sector izquierdo de la cancha y la inteligencia de Diego Torres para manejar la pelota cuando su equipo más lo necesitaba.