Escribe: Daniel Cerutti

Alem reaccionó ante la adversidad y en pocos minutos liquidó un partido que, en muchos pasajes, le resultó difícil y donde debió remontar en el complemento el marcador adverso, arribando al final con un 3 a 1 contundente y expresivo ante Sportivo Playosa.
Un primer tiempo que no ofreció jugadas de interés, con desarrollo exclusivo en zona central, pero sin ambición ni contenido ofensivo de significación. Algún disparo aislado desde media distancia fue el único argumento al que apelaron los protagonistas, sin inquietar la estabilidad de ambas vallas.
Después de los 20 minutos, pareció Alem establecer un criterio de fútbol más ordenado, porque Pablo Fernández y Andrés Agosto fijaron preeminencia en el traslado y posesión; además la movilidad de Porporatto que comenzó a preocupar a los defensores albos.
El carácter del juego distó de ser algo aceptable, con ciertas jugadas esporádicas sin suficiente profundidad, más la negativa tendencia a arriesgar demasiado el físico en los balones repartidos que obligó la intervención continua del flojo árbitro Ghío, enmarcaron una concepción técnica negativa en todo aspecto.
La pelota no tenía dirección efectiva, la falta de coherencia en la proyección ofensiva facilitó la gestión de ambas defensas, frustrándose las posibilidades ciertas de peligro.
En la sección final del período, Alem fijó mejor conexión desde el medio campo, elaborando dos o tres acciones que llevaron peligro efectivo hacia Barbisán; ejemplo concreto dos disparos frontales de Figueroa y Juárez que llevaron sensación de gol, saliendo apenas desviados.
Playosa hizo la más simple, se limitó a esperar las embestidas del huésped a través de un esquema cerrado y expeditivo en sus arrestos que, en el primer tiempo, tuvo derivaciones positivas para evitar riesgos mayores a su guardavalla Barbisán.
La carencia de ideas y los errores en el desplazamiento hacia posiciones ofensivas fueron factores que explican la inacción de los delanteros alejándose así la posibilidad de creación de situaciones reales de peligro. Esa pérdida de homogeneidad privó a ambos conjuntos de la perspectiva cierta del gol, convirtiéndose el trámite en algo chato, cuestionable y sin elementos técnicos de importancia. Por ello, el 0 a 0 parcial fue exponente lógico de un estilo falto de convicción y sin ambición ofensiva.
En el segundo tiempo cambió totalmente la característica del juego, con un mejor comienzo de Playosa, más la inmediata reacción letal de un “león herido” que apeló a sus mejores armas para soportar y luego modificar el resultado.
A los 16’, Playosa, en excelente jugada, dio apertura al marcador: Boulique cedió un balón perfecto para la proyección de Genre, quien sometió a Maggi con disparo cruzado. Pero fue escasísimo el tiempo de alegría para el albo, pues de inmediato el recién ingresado Le Roux puso su sello con un tiro libre que sorprendió la tardía reacción de Barbisán, poniendo el 1 a 1; siendo esto motivador psicológico excepcional para sostener la nueva dimensión del juego visitante.
Así, a los 24’ el árbitro sancionó una falta de Ciancio dentro del área playosense, otorgando a Fernández la posibilidad de marcar el 2-1 que, en ese entonces, definía la disposición más clara y operativa del elenco villanovense. Posteriormente, con un Playosa disminuido anímica y físicamente, Vega (también ingresado) puso cifras definitivas a un encuentro que tuvo altibajos serios en su desarrollo; compensando el período complementario en vibración y situaciones de gol lo que no había ofrecido el tiempo inicial.
Ganó bien Alem, porque apenas sufrió el contraste del gol de Playosa, reaccionó con firmeza y supo capitalizar de inmediato las opciones favorables que se le presentaron.