Ayer por la mañana se presentó ante los medios el primer nodo del interior de la provincia de la Red VITAL, con la presencia del ministro de Ciencia y Tecnología de Córdoba, Roger Illanes.
En la sala silenciosa de la Medioteca Mariano Moreno, el funcionario junto al secretario de Vinculación e Innovación Tecnológica del Ministerio Hugo Dellavédova y al decano de la Facultad Regional de la UTN Pablo Rosso, detallaron los alcances de esta plataforma que intenta vincular principalmente al sector empresarial del rubro alimenticio con el sistema científico-tecnológico de la provincia.
Según se anunció, el nodo lanzado estará funcionando activamente dentro de la Universidad Tecnológica y estará relacionado con los nodos de Córdoba Capital (ya concretado con 89 participantes), Río Cuarto, Traslasierra y San Francisco.
La instalación de estos nexos institucionales en el territorio cordobés responde a la evidencia de una falta de acercamiento de las empresas a las convocatorias del Ministerio. “Muchas empresas del interior se enteran tarde o no se enteran de las líneas de financiamiento o creen que su idea para presentar no es innovadora. En otras ocasiones la distancia o la falta de tiempo provocan que no se involucren demasiado en las convocatorias. La red trataría de sortear esos inconvenientes”, precisó el ministro.

Un nexo con el sistema tecnológico

Según Illanes, en la provincia se encuentran cerca de 1.600 empresas dedicadas al rubro alimenticio. De ese total, un 20% está radicado en Córdoba y un 15% sobre la ruta 158, que incluiría las ciudades grandes de San Francisco, Villa María y Río Cuarto.
Por otra parte, hay un gran porcentaje de investigadores -alrededor de 3.400 en total- distribuidos en las diez universidades y centros de investigación cordobeses que podrían sumarse a la iniciativa y que actualmente no se orientan a dichas necesidades productivas.
“Queremos que las empresas conozcan y gocen de estos beneficios y que no sean siempre las mismas las que terminen recibiendo estas líneas de ayuda. Especialmente queremos sumar a las Pequeñas y Medianas Empresas del interior, que muchas de ellas cuentan con menos de 50 empleados cada una”, acotó.
Del mismo agregó: “No solemos respetar los sistemas establecidos sino que hacemos funcionar. Si la empresa no va a la red, la red irá a la empresa. Si bien no se financian montos elevados, queremos aportar a una política agroalimenticia que no piense en el futuro tan cercano, si no que vaya un poco más allá.”
Por su parte, el ingeniero Dellavédova apuntó la vinculación con el sistema científico como la demanda por parte del sector empresario de incorporar cuotas de innovación en “productos, en los procesos o en las formas de comercialización de los productos”.
Como caso recordó el trabajo de “una gran empresa agroalimentaria de Córdoba con un centro universitario que está produciendo películas bioactivas para packaging que aumente la conservabilidad de los alimentos”.
Por esa vía, la red intentará acercar las líneas de financiamiento disponibles mediante herramientas propias como el Fondo Tecnológico Córdoba (Fontec) o el Fondo Biotecnológico de Córdoba (Fonbio) o como ventanilla de aplicación de ayudas devenidas del Ministerio de Ciencia de la Nación.

Una Red de Laboratorios Regionales

Consultado sobre una supuesta injerencia del Centro de Excelencia en Productos y Procesos de Córdoba (Ceprocor), en el resonado caso de botulismo detectado recientemente en un artículo de una fábrica villamariense, Illanes optó por desviar esa posibilidad y señalar una necesidad de “mayor control estatal” y “mayor compromiso por parte del sector empresario sobre la salud de la población”.
Asimismo adelantó el trazado de una Red de Laboratorios Regionales que funcionarían bajo la órbita del Ceprocor.