A pesar de que desde hace dos años quedó prohibida la instalación de whiskerías en Villa María, hasta el sábado al menos ocho funcionaban en la ciudad, de acuerdo a información oficial. La norma que buscó erradicarlas había tenido amplia repercusión a fines de 2009.
El fiscal Félix Martínez ordenó el sábado diversos procedimientos que derivaron en la clausura de ocho prostíbulos, en el marco de una investigación por supuesta infracción a los artículos 15 y 17 de la Ley 12.331 que regula el ejercicio de la prostitución.
EL DIARIO informó en su edición dominical que si bien fueron detenidas las mujeres que ejercían el oficio (47 en total, de las cuales dos son extranjeras), las mismas fueron liberadas horas más tarde.
La prostitución no está prohibida por ley, pero sí la explotación de mujeres, es decir el proxenetismo. Los locales clausurados estaban habilitados como whiskerías (de acuerdo a lo que surgió de la información oficial por parte de la Policía) y en todos encontraron habitaciones precarias con una cama, iluminadas con luz roja y preparadas para el sexo ocasional.
El 29 de diciembre de 2009, con el aval de todos los ediles, el Deliberante aprobó las modificaciones en la ordenanza que regula la actividad de whiskerías en la ciudad. Se impidió la radicación de nuevas whiskerías dentro del ejido urbano de la localidad, además de férreas medidas para el control y rehabilitación de los tres espacios que existían en ese entonces. Los existentes debían pasar a denominarse “cabarets” y tenían que funcionar como locales para beber y de espectáculos, no para tener sexo.
“Si alguno de los cabarets en funcionamiento incurriese en contravenciones al Código de Faltas existente, su habilitación municipal sería revocada”, se había conocido en la ocasión.
En la edición del 8 de enero de 2010 el por entonces secretario de Gobierno, Rafael Sachetto (hoy no está en el Ejecutivo, sino en el Legislativo), dijo a EL DIARIO que comenzaba la intensificación en los controles. “Trabajaremos en conjunto con la Policía porque es ese el organismo que puede actuar”, declaró.
Días más tarde, el mismo funcionario resaltó que “con la anterior legislación -que quedó derogada por la nueva norma- se requerían tres clausuras para hacer caer la habilitación” de estos reductos nocturnos, pero ahora basta con una clausura para perder la habilitación. Sachetto aclaró aquella vez que el municipio sólo puede ingresar al local habilitado y no a las habitaciones, que es competencia de la Policía.

Silencio y desconocimiento

Ayer este matutino quiso obtener alguna voz de la Municipalidad sobre el asunto, pero nadie habló.
En tanto, Alicia Peressutti, referente de “Vínculos en Red”, la única organización que trabaja en la temática en Villa María, se enteró de los allanamientos del fin de semana ante la consulta de este cronista. Entonces consideró que la Justicia y la Policía deberían dar parte a esta ONG “como hacen funcionarios judiciales de otros lugares porque son mayores los beneficios cuando se trabaja en conjunto, para que nosotros seamos testigos de la situación”.
“La ordenanza debería cumplirse, puede estar ocurriendo que no están habilitadas, que las abrieron por su cuenta y que funcionaban de esa manera”, declaró Peressutti.
Consultada sobre si la organización efectúa denuncias sobre el funcionamiento de estos locales, dijo que las realiza en la Justicia Federal “porque la premisa nuestra es que en todo lugar abierto disfrazado de whiskería puede haber víctimas de trata”.
Sobre estos procedimientos del fin de semana, admitió: “No sabemos nada a nivel de ONG”.

Pionero. Sachetto había impulsado la erradicación de whiskerías y las organizaciones contra la trata del país elogiaron al municipio villamariense por ser uno de los primeros en la nación. Luego le siguió Villa Nueva.