Escribe: Jesús Chirino
¿Qué referencias encontramos en los libros de historia acerca de las características de flora y fauna en la región? Aquí recorro unas pocas obras de historia, muy conocidas, que mencionan especies de nuestra región. Algunas ya no se encuentran en la zona.
Montes, antes del Virreinato
En 1771 Alonso Carrio de la Vandera, comisionado para el correo, viajó desde Buenos Aires hasta Lima. Tiempo después, cuando aún faltaban tres años para la constitución del Virreinato del Río de la Plata, fechó en Gijón la edición de un libro a nombre de Calixo Bustamante Carlos Inca, alias Concolocorvo, en el cual cuenta detalles del viaje. Allí dice que el entonces conocido como “Río Tercero”: “por una y otra banda está bordado de sauces, chañares y algarrobos. Los pastos no son tan finos como los de Buenos Aires, pero son de más fuerte alimento para los ganados”. Otro dato que este viajero apunta acerca de la flora de la región es que “la fruta más común es el durazno”. Debemos destacar que el libro describe el paso por el mismo Paso de Ferreira del que señala: “…se puso posta en el paso de Ferreyra, por donde regularmente se vadea el río y se ejecutará con más seguridad con caballos de refresco…”. Desde este paso ubicado en las inmediaciones del actual puente Alberdi que une Villa María con Villa Nueva, el viajero continuó su recorrido hacia la ciudad de Córdoba. De esa parte del recorrido describe la utilidad de los montes que por entonces cubrían la mayoría de las tierras de la región: “Espesos montes hasta concluir su jurisdicción. De sus cercanías se provee la ciudad de leña seca en carretillas, que vale cada una cuatro reales, que es suficiente para el gasto de un mes en una casa de regular economía. También se sacan del interior del monte palos para techar las casas y fabricar varios muebles”. Desmonté otro autor que refiere algo de la flora y fauna de la región, es Agustín Mino en su libro “Arqueología de la laguna Honda”. Allí describe el desmonte que ya existía para la época en que se escribió el libro, años ‘40 del Siglo XX. En un párrafo puede leerse: “A catorce kilómetros de la localidad de Tío Pujio -estación del FCCA, próxima a Villa María, provincia de Córdoba- en dirección sud tiene su asiento el casco de la Estancia y Colonia de Yucat, sobre la margen izquierda del río Tercero. El trayecto entre la estación y la estancia está dedicado exclusivamente a la agricultura. La superficie de la tierra no tiene otras variantes que algunas depresiones que otrora fueron brazos de desborde para el río. Los antiguos montes que cubrían la región hoy han quedado reducidos a una pocas hectáreas que se cuidan como un tesoro”. Por años se había practicado el desmonte para la producción de leña y carbón.
Laguna Honda
Mino describe que en la denominada laguna Honda existen “juncos, espadañas y totoras, cuyos tallos sirvieron a los indígenas de material para su industria textil y donde hoy como ayer, tienen albergue flamencos, gallaretas, biguás, palmípedos de diversas especies y una buena cantidad de nutrias”. Entre los árboles de la región destaca “el tala, el algarrobo blanco, chañar, espinillo y diversos arbustos”. Las mismas palabras que luego escribió Alberto Furlani -sin citar- en “Apuntes y reflexiones para una historia de Yucat”. Luego agrega a la descripción “vegetales menores… abrojo, cardo, cola de zorro, cactus de distintas variedades, cola de caballo”. A las aves mencionadas por Mino, Furlani en su libro editado en 1996 suma “catita, lechucita de las vizcacheras, perdiz chica y perdiz chica pálida, pato maicero y el biguá, benteveo, carpintero de penacho rojo, chingolo, halconcito común, monjita, pato picazo, tijereta, cotorra verde, gallareta, hornero, paloma cenicienta, pato silbón, ratonera, tordo, carpintero de penacho amarillo, cuervillo de la cañada, garcita blanca, Martín pescador chico, paloma torcaza, pato sirirí, tero común, zorzal. Y los mamíferos: comadreja overa, laucha, cuis, ratón de campo, liebre europea, zorro gris, peludo”. Entre los restos arqueológicos hallados en la mencionada laguna, Mino menciona resto de animales: “Cráneos de nutrias, cáscaras de huevos de avestruz -refiriendo ñandú o avestruz americana- y distintos esqueletos y aletas de peces de variadas especies…”, que vivían en el lugar. Furlani menciona peces como bagres grises, bagre águila, dientudos, mojarritas y viejas del agua. También “entre los ofidios la yarará grande; entre los saurios, la lagartija verde. Los anfibios se hacen presente con el sapo común, el escuerzo y la rana criolla”.
Sabrosos duraznos silvestres
Otro autor que habla de fauna en la región es Miguel Angel Cárcano en su libro “La sexta república”. Allí dice “el ferrocarril trajo también el hacha que desmontó el monte y el arado que hace brotar el trigo y el maíz, el alambrado que cierra los campos abiertos”. Este mismo autor habla de una Villa Nueva que supo estar rodeada de “extensos islotes de algarrobos, talas, espinillos, ñandubays (sic), chañares y quebrachos blanco, que la voracidad de los pobladores convirtieron rápidamente en postes y carbón, prefiriendo los beneficios inmediatos a una explotación más razonable. Los campos eran excelentes, con corrientes de aguas naturales que convergían al río Tercero; arroyos como Las Mojarras y El Algodón, lagunas como las de Ochoa y Vera, propicias para los criadores de hacienda. En la costa crecían sauces gigantescos y sabrosos durazneros silvestres”. También habla de las vizcachas, “el traicionero gato onza y la tímida corzuela”. En un vídeo de los años ‘20 también se habla del puma en la región.
Sin lugar a dudas este listado es incompleto, pero igual es útil para hacer un rápido repaso por los cambios que la colonización de estas tierras produjo en la zona y el impacto en la flora y fauna del lugar. Algunas especies ya no se encuentran en la región.
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