El contador, docente universitario y consultor villamariense, Darío Poncio, aseguró a EL DIARIO que la soja ha generado pocas fuentes de empleo en comparación con otros rubros. Y que las provincias sojeras por excelencia crecieron en los últimos diez años a un nivel menor que el promedio en que creció la República Argentina.
Poncio utilizó datos oficiales, ya sea del INDEC a través del último Censo Nacional (2010), o bien del INTA Manfredi.
En diálogo con este matutino, recalcó que Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, los tres territorios provinciales sojeros por excelencia, “crecieron menos que la media nacional” en demografía, ya que se situaron entre el 8% y 8,5% cuando Argentina creció el 10,6%.
A esto le añadió que, de acuerdo al INTA Manfredi, para producir una hectárea de soja por año, se necesitan 1,6 hora hombre.
“Para producir cien hectáreas, necesitas sólo 160 horas hombre. Si la jornada laboral es de ocho horas diarias, son cuarenta horas semanales. Significa que con un mes de trabajo de un empleado siembras y cosechas cien hectáreas de soja, es decir, es muy poca la demanda de mano de obra”, explicó el consultor.
Poncio advirtió que la situación es distinta en los tambos, que tienen gran demanda tranquera abierta. Y aclaró que “si a la soja la exportamos tal cual la cosechamos, esa es la situación (la citada), pero si la procesamos, si hablamos del aceite, y todo lo que es valor agregado, es otra cosa, ya que se diferencia cuando entra a jugar la cadena de valor”.
Por otro lado, las tres provincias que más crecieron (casi el 30%) fueron Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut, porque “hay mucho trabajo”.
En la primera, según Poncio, el motivo fue “la demanda impresionante de la industria tecnológica”, en el caso de Chubut “se dio con las ballenas y el petróleo”, además de contar con la única fábrica de aluminio del país, y en Santa Cruz por el petróleo.
Otro dato que le llamó la atención a Poncio fue el crecimiento del Gran Buenos Aires, del orden del 14%, lo que lo llevó a considerar que “la gente que no consigue trabajo en el interior del país se va a vivir allí”. Su lectura es que los territorios que crecieron lo hicieron impulsados por mayores fuentes laborales.

En el interior cordobés

Ahondando en la demografía del territorio provincial, y su crecimiento (o no) desde el penúltimo Censo al último, sostuvo que “el dato más importante es que en los últimos diez años los departamentos que más crecieron son Calamuchita, por el turismo; Punilla, por el turismo y Colón, que crece por Villa Allende, Unquillo o Colonia Caroya”.
“La gente se va a vivir al Gran Córdoba, porque busca lugares más tranquilos, como se da en Buenos Aires. La Capital Federal tuvo crecimiento negativo, porque los ciudadanos se van a Martínez o San Isidro, por ejemplo, ya que prefieren mayor tranquilidad”, evaluó.
Dentro del interior productivo cordobés, el que más creció fue el Departamento Juárez Celman, “y no es por la soja sino porque tiene gran cantidad de procesadoras de maní, como en Santa Eufemia, Bengolea y General Cabrera y porque tiene AGD, es decir, tiene valor agregado”.
El segundo en crecer es el San Martín, “que tiene mucha industria láctea, una de las tres primeras cuencas lecheras del país” y el tercero es el San Justo, por la industria láctea, y porque tiene a un San Francisco motorizado por la industria metalmecánica.
“Los departamentos sojeros por excelencia son Unión y Marcos Juárez y crecen menos que el resto, entre el 4% y el 5%”, concluyó el docente universitario.