Escribe: Fabio Morisetti

Restaban diez minutos para el final del partido y Rivadavia ganaba 2 a 1 ante un rival con nueve hombres. Sin embargo, Argentino terminó venciendo por 3 a 2.
¿Qué pasó para que esto ocurriera? Varias cosas influenciaron. Primero y principal, las actuaciones de Roberto Bazzani y Mauro Fuente. El arquero cumpliendo una labor espectacular, ahogando varias veces el grito de gol verde, y el delantero aportando con lo suyo: el gol.
Además, Rivadavia jugó muy mal los últimos diez minutos y lo pagó caro. Como contrapartida, Argentino, golpeado y diezmado por las expulsiones, siempre creyó en sus posibilidades y fue hacia adelante, aún sin ideas.
Todo esto influyó para que el Deportivo Argentino se llevara tres puntos de oro de Arroyo Cabral.
La primera etapa se dividió en tres segmentos. Hasta los 20 minutos fue un partido entretenido, donde ambos equipos tuvieron chances. Así, a los cinco Bazzani empezaba a pintar una gran tarde al taparle el gol a Cerutti y Barengo. Claro que la visita no se quedó atrás y Fuente avisó con un zurdazo desviado sobre los diez minutos, culminando así una buena jugada personal.
A los 19’, Torres tiró a colocar, pero allá arriba aparecieron las manos de Bazzani para desviar el balón al córner.
Desde los 20’ a los 35’, el partido perdió nivel porque abundaron los pelotazos y los chispazos creativos no estaban en ningún lado.
Y los últimos diez minutos fueron lo mejor de la etapa. A los 36 se lo perdió Fuente, que eludió a Berardo pero definió desviado. Tres minutos después volvió a aparecer Bazzani en otra doble tapada, esta vez ante Cerutti y Torres.
A los 43’, un centro desde la derecha terminó con el cabezazo goleador de Jacobi para poner en ventaja a la visita, pero la alegría le duró tres minutos porque, ya en el descuento, Lazos doblegó a Bazzani con un zurdazo al capturar una pelota sin dueño en el área.
La segunda etapa fue rica en emociones, empezando con Gonella definiendo desviado, a los tres minutos.
A los 11’, Torres metió un pique por derecha y envió un medido centro para Barengo, quien definió con mucha sutileza y dejó fuera de acción a Bazzani para poner en ventaja al verde.
Acto seguido, Fuente no pudo con Berardo y, en la jugada siguiente, fue el palo quien le negó el gol.
El partido era parejo y entretenido, con el resultado totalmente abierto.
Sin embargo, Argentino se quedó con dos hombres menos en cuestión de minutos y allí se le complicaron definitivamente las chances.
Romero improvisó una línea de tres en el fondo y con lo poco que tenía fue para adelante. El tema era que sin ideas (desaparecido Andrada) era poco lo que se generaba.
Rivadavia tenía mucho espacio, pero no lo pudo aprovechar en ningún momento porque la pelota no pasaba por los pies de los que saben (Barengo, Torres) y entonces llegaban a tres cuartos de cancha y el peligro desaparecía.
El paso del tiempo jugaba a favor del local, pero a los 35’ Biasuzzi le cometió penal a Cortéz y Fuente derrotó a Berardo con tiro bajo y fuerte.
El ánimo de Argentino subió y Rivadavia cayó en un aletargamiento del que ya no podría salir.
Para mejorar, las dos chances que tuvo el local las dilapidó. Primero fue Barengo quien nunca se decidió a patear y luego Lazos cabeceó en soledad, pero de muy mala manera.
A los 44’, Fuente enmudeció a la parcialidad local y pudo aumentar ya en el descuento si no fuera porque el travesaño se lo impidió.
Así, Argentino terminó cerrando una tarde soñada, logrando revertir un resultado adverso con dos hombres menos en base a fortaleza y convicción.

El árbitro

Mauro Daniele empezó bien, pero se fue desdibujando. Si bien acertó en las sanciones principales, por momentos dejó pegar en demasía y no aplicó tarjetas con el mismo rigor ante jugadas similares.

La figura

Roberto Bazzani apareció en los momentos más difíciles de su equipo para cerrar su arco con intervenciones espectaculares. Además, fue esencial el aporte goleador de Mauro Fuente.