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Paolo Ostiatti celebra su gol en la cancha de River. El delantero debió remplazar al lesionado Matías Barbuio |
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Escribe:Diego Pellegrini (h)
Universitario desfila por el Apertura. Con otra contundente actuación, el bicampeón del fútbol local consiguió la séptima victoria consecutiva en igual cantidad de partidos, marcando una gran diferencia en la Zona B, donde -lógicamente- es el puntero absoluto, único.
La víctima, esta vez, fue River y el resultado 4 a 1, para que los universitarios sigan demostrando por qué pudieron concretar los dos títulos en fila.
La cara opuesta es el equipo de Daniel Bachanini porque, en un grupo muy competitivo, todavía no puede hacer pie y continúa en el fondo de la tabla.
Ya en el partido propiamente dicho, Universitario golpeó en la primera que tuvo y eso sería clave para abrir el encuentro a su favor. Porque con el gol, el visitante tomó las riendas del cotejo y cabalgó a una nueva victoria. Fue en el minuto ocho, con un centro-asistencia de Nicolás Sontag para que aparezca por el segundo palo Gustavo Reyes y defina para el 1 a 0.
River no hacía pie, la pelota era propiedad de su rival y los de la banda roja sufrían el encuentro en los primeros pasajes.
Sontag jugaba y hacía jugar a los suyos, entonces las cosas se le facilitaban a los dirigidos por Joselito Bernadó.
No obstante, el local contó con una ráfaga de fútbol que generó un dolor de cabeza en la defensa universitaria. Primero, con una chance en los pies de Emanuel Izaguirre. El delantero entró al área, a pura gambeta, pero su disparo salió débil, a las manos de Rafael Ballatore. Y en la siguiente, Izaguirre envió un centro perfecto a la cabeza de Francisco Santunione, pero el frentazo del nueve encontró al uno visitante.
Fue rotunda la respuesta del visitante, ya que a los 23’, un pelotazo largo de Martín Truglio dejó mano a mano a Paolo Ostiatti (ingresó por el lesionado Barbuio), el delantero que, con un toque por arriba del arquero, colocó el 2 a 0.
Este resultado fue como un golpe de nocaut para los locales, ya que de ahí en adelante y, hasta el final del primer tiempo, fue todo para Universitario.
Lo tendrían Ostiatti, Marín y Sontag, en una jugada que exigió tres veces al portero Bachanini, y otra vez Marín, con una bolea que salió cerca.
Todo esto demarcaba la clara superioridad del visitante ante el local. Y justamente el complemento, también comenzó con la misma tónica, con el conjunto dirigido por Joselito Bernadó desperdiciando claras de gol: Sontag rematando por arriba (5’), otra vez el diez disparando desde afuera para que vuele Bachanini (8’) y Ostiatti ejecutando desviado (10)... De esta forma, River seguía con vida y mucho más aún, cuando a los 13’, Alan Brouet colocó el descuento de cabeza, tras una pelota parada.
El panorama para los campeones continuaba complicándose porque, a los 21’, Matías Moreno vio la roja por doble amarilla y a los 27’, Jacobo Bachanini le contuvo un penal a Diego Marín, por mano de Renato Tais. Y justamente fue el volante central millonario quien vio la roja un minuto más tarde.
Pero la aparición de Joaquín Hernández, a los 34’, tras centro de Sontag, fue vital, ya que el ex Ricardo Gutiérrez colocó el 3 a 1 para el equipo de la casa de altos estudios.
Con el cotejo liquidado, la figura de la cancha, Sontag, se dio el gusto y le colocó la frutilla del postre a su tarde de fútbol, con un golazo, para establecer el 4 a 1 final.
El árbitro
Claudio Aldecoa estuvo bien con las amarillas y en las expulsiones. Pero nunca hizo respetar la distancia de la barrera en los tiros libres, además de equivocarse en pequeñas jugadas. Correcto en el penal para Universitario, por mano de Renato Tais.
La figura
Nicolás Sontag hizo jugar a todo su equipo. Simple, claro y efectivo, el número diez marcó la diferencia. La frutilla del postre fue su gol.
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