“Lo mejor está en la gente”
María del Valle Ríos hace más de 40 años que vive en el barrio. “Me encanta el lugar, lo elegiría mil veces, pero lo que tengo que decir es que más allá de la belleza del lugar, lo que más me gusta es la gente”, dijo, al referirse a sus vecinos.
“Es muy tranquilo, por supuesto, que en la zona más cercana de la costanera hay más ruido, pero no siempre”, indicó.
“Vivir acá, es vivir en el barrio más lindo de Villa María”, aseveró María.

Modelo ecuménico
Plinio Zandrino es evangélico, pero no duda en asistir a la misa de la Iglesia Católica en el templo de su barrio. “Villa María es la ciudad más ecuménica que conozco”, dijo. Para hacer honor a esa afirmación cuenta el hecho de que, pese a su condición de cristiano evangélico, va a misa a acompañar a su esposa y hasta tiene un hijo cura.
“Creo que siempre hay que educar en el consenso y, por supuesto, en ese marco es que los hijos eligen”, dijo el profesional que hace más de 30 años vive en barrio Parque.
“Me gusta mucho la gente. La mayoría forma un grupo muy lindo, solidario”, destacó. Sobre el lugar afirmó que es “muy tranquilo y tiene la ventaja de estar cerca del centro, pero en un ambiente diferente. Es decir, todavía se conserva ese espíritu de pueblo. Es como dice la Biblia, somos parte de este mundo, pero no somos de este mundo”, concluyó.

Cuidando la capilla
Felisa Moreno de Quaglia (madre del empresario Juan Carlos Quaglia), es docente jubilada (dio clases en La Palestina) y desde que se radicó en el barrio en 1986 participa activamente de las actividades de la capilla.
“Mi hijo eligió este barrio para que viviera y no se equivocó, porque la gente es buena y todo es muy tranquilo”, aseguró.
“Me gusta venir a la iglesia, colaborar y cuidarla para que todo esté mejor”, concluyó.

Maestra agradecida
Carmen Rivera fue maestra rural y no hay nada que disfrute más que encontrarse con ex alumnas que aún le dicen “señorita”.
Vive en el barrio “hace como 50 años, cuando todavía todo era con calles de tierra y sin ningún servicio”, recordó.
“Ha cambiado mucho para bien. Lo que no cambia, por suerte, es la gente, que sigue siendo la mejor vecindad que uno puede tener”, concluyó.