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El embajador Hicham Hamdan en su visita a la ciudad en 2004, al plantar un cedro (árbol nacional del Líbano), en la plaza Independencia |
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Con motivo de celebrarse en la fecha un nuevo aniversario de la Independencia de la República del Líbano, la Sociedad Siriolibanesa de Villa María extendió sus saludos a todos los descendientes de aquellos que alguna vez emigraron de aquel país para echar raíces en Villa María y su región.
A continuación, se publica una misiva firmada por la presidenta de la entidad local Graciela Yessín y el secretario Jorge Elhall sobre la efemérides alusiva.
“El Líbano es un país testigo de la historia humana, pues existe desde los albores mismos de la civilización.
Tierra antigua, es tal vez la más bella y singular del mundo. En su costa se alzan ciudades milenarias como Trípoli, Biblos, Beirut, Sidón y Tiro, algunas de ellas con más de 4 mil y 5 mil años de edad.
Son de un valor incalculable los aportes de los libaneses a la civilización, entre otras tantas cosas inventaron y desarrollaron el color púrpura -hasta ese momento las prendas eran sólo de colores naturales- el vidrio, el papel, las joyas, el alfabeto –del cual derivan todos los alfabetos utilizados en la actualidad- el comercio, la navegación, y la navegación por las estrellas, comenzaron a navegar de noche para que los griegos no copiaran sus rutas marítimas.
Desde ese milenario y maravilloso país, en barcos construidos con madera de sus cedros, llevando consigo su riqueza, artesanía y cultura, hace más de 3 mil años comenzaron a navegar por todos los mares. Llegaron a América mil quinientos años antes que Cristóbal Colón.
El Líbano, cuna de la civilización, punto de encuentro entre Oriente y Occidente, país políglota, donde nació la democracia en el mundo -primera democracia parlamentaria- y los principios de la libertad, desde siempre fue la avanzada cultural, el progreso, la apertura, el mayor centro financiero, universitario, religioso, periodístico y turístico de esa zona del planeta. Se lo llamó “La Perla de Oriente”, “El Jardín del Medio Oriente”, “La Suiza del Medio Oriente”, y a su capital Beirut, “La París del Mediterráneo”, exaltada como “ciudad Madre de las Leyes” por la existencia de su famosa “Escuela de Derecho de Beirut”.
El Líbano siempre fue pacífico, nunca traspasó frontera alguna ni invadió otro país. El pueblo del Líbano atravesó milenios, en los que tuvo que defenderse enfrentándose a Thutmés III, Nabucodonosor, Ciro, Alejandro Magno, Pompeyo, y muchos otros invasores. Pasaron los grandes conquistadores, los ejércitos invencibles, faraones, reyes, cruzados, sultanes, etc., fueron asoladas sus costas y sus valles. Y aunque la opresión de cinco siglos de dominio otomano, provocó una enorme emigración de libaneses hacia todo el orbe, el Líbano se mantuvo y continuó, su pueblo jamás abandonó su tierra, por lo cual sus ciudades no son productos arqueológicos sino lugares vivos habitados ininterrumpidamente por milenios.
El Líbano fue el único país en todo el Oriente en que se estableció y expandió masivamente el Cristianismo, y al producirse tiempo después el advenimiento y llegada del Islam, se convirtió en el mayor ejemplo de coexistencia de credos. En él conviven armoniosamente 18 credos religiosos.
El 22 de noviembre de 1943 la Patria de nuestros mayores consagraba su independencia y hoy, celebramos el 65º aniversario de aquella magna fecha con el profundo sentimiento que nos une a nuestra colectividad”.
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