Hombre de memoria prodigiosa, Héctor Oberti tiene el recuerdo preciso de las fechas en que se cumplió cada logro de la Comisión Vecinal del barrio Parque.
Llegó a vivir a ese sector el 13 de abril de 1953. Por entonces, para ir al centro cruzaba un campito utilizado como calle peatonal por los pocos vecinos radicados en el lugar.
A poco de estar allí preguntó si había una comisión vecinal y fue a una de las reuniones del grupo. “Parece que le gustaron mis ideas porque me encargaron todo lo que sea gestiones para traer los servicios”, que, por ese entonces, brillaban por su ausencia.
El primer desafío fue la luz. “Fui a hablar con el encargado de la EPEC, quien me dijo que la única posibilidad era hacerlo con cargo a los vecinos. Así fue que decidimos poner 300 pesos cada uno (un buen salario de entonces era de 600 pesos) y lograron la conexión eléctrica. “Como no teníamos alumbrado público, nosotros pusimos unos postes en casi todas las esquinas y con un cable largo lo conectábamos a la energía del vecino que estaba más cerca. Después la comisión le pagaba el consumo”, recordó.
El otro problema era la acumulación de residuos, dado que no había servicio de recolección. “Fui a la Municipalidad y ellos no contaban con medios. Así que conseguimos un carro con dos caballos y empezamos la tarea”, relató. Lo mismo hicieron con el riego.
Cada paso de su historia como vecinalista habla de cómo el barrio Parque-General Paz se fue consolidando con el aporte de los vecinos.
Así, con el esfuerzo compartido, fueron llegando los servicios de agua y cloacas, el gas y el teléfono. Sobre este último recordó que fue el intendente de entonces (1968) que lo convocó para gestionar la telefonía para toda la ciudad. “Ese mismo día hablé con el responsable de la empresa y lo que habitualmente tardaba casi cuatro años llegó a Villa María en dos años. En 1970 inauguramos la telefonía digital en la ciudad”, recordó.
Otro de los logros fue el alumbrado público. “Lo conseguimos en la Intendencia de Seppey”, dijo. Al fin, ya no tenían que conectar más la luz pública en la casa de un vecino.
“Quiero agradecer a dos vecinalistas como fueron Tomás Pedraza y Primo Beletti. Con ellos y toda la comisión pudimos hacer todo lo que hicimos”, recordó.

Su historia

La vida de Héctor Oberti está llena de situaciones azarosas. Una de esas fue la que lo trajo a Villa María. “Yo era empleado de Vialidad y estaba radicado en Noetinger. En cierta ocasión tuve que venir a Villa María para ir al médico y en el mismo día conocí a una mujer y a el dueño de un taller de rectificaciones que me ofreció trabajo”, recordó.
Abandonó todo, empezó a trabajar en esta ciudad y se casó con aquella mujer que lo impactó, quien fue su mujer durante 62 años, hasta que falleció.
Otra de las actividades de Héctor es el golf. Actualmente, sigue desempeñándose en el Club durante varias horas por día. Tiene en su mesa una notebook, “pero prefiero no conectarme tanto porque si no no me alcanza el tiempo”, dice.
El 15 de setiembre cumplirá 87 años. Agradece a la vida la salud y haber sido parte del crecimiento del barrio.