Hugo Guevara ya no camina por las calles del barrio ni recorre la ciudad en colectivo, el paseo que más disfrutaba.
“Huguito”, como lo conocían todos, llegó a los monoblocks hace unos 30 años. Fue ganando con su carácter el cariño de todos los vecinos.
Nació en setiembre de 1953 y falleció en junio del año pasado, a los 58 años.
Tenía Síndrome de Down, lo que no le impidió relacionarse con la gente de todo el barrio con amabilidad y firmeza de carácter.
Le gustaba ir adonde había vecinos reunidos.
Una noche, cuentan los que lo conocieron, su mamá, Aída, salió a buscarlo porque no regresaba. Mientras lo buscaba, se encontró con el pastor de una iglesia evangélica que le dijo que Huguito estaba con la gente.
Esa noche, se quedó hasta las dos de la mañana en el lugar.
También iba a la iglesia católica.
Todos los que lo conocieron lo recuerdan con el cariño y el respeto de un vecino más, que supo ganarse el amor de sus pares.

Otros entrañables

Una vecina que falleció el mes pasado y que es recordada en el barrio es Angelina Cabana, “Pirucha”.
Ella fue desde que llegó al barrio muy servicial, colaboradora, trabajando siempre en las organizaciones del barrio.
También recuerdan a Coca Pellizón, quien está actualmente en un geriátrico.
Coca fue la que empezó el movimiento para gestionar el dispensario, armó el grupo de bastoneras que encabezaban las marchas de las bandas de música y se involucró en la comparsa de Los Dragones.
Gente indispensable para el barrio, que los recuerda por la huella que dejaron en beneficio de todo el sector.