Desde hace varios años Colonia Caroya es un referente del sector agrícola. En silencio, como le gusta a ella, se fue convirtiendo poco a poco en una de las localidades argentinas con mayor producción de batata. Ese alimento tan dulce como nutritivo que le da el toque distinto a varias de nuestras comidas y conquista en los postres. En agradecimiento a su legado, el pueblo entero le dedica la Fiesta Regional de la Batata. Una celebración que lleva algo más de una década mezclando gastronomía con tradición, de la mano de la influencia que la comunidad italiana dispersó por estos lares.

La cita es el próximo domingo al mediodía, en las instalaciones de la Asociación Civil Puerto Caroya, ubicadas en las afueras del municipio, 45 kilómetros al norte de Córdoba capital. Una escapada con la que el turista disfruta del baile y el buen comer, aprovechando la ocasión para conocer algunas joyas de la región.

Adentro del salón

La fiesta, auténtica y vigorosa al máximo, se desarrolla con el ánimo entonado de quienes arriban ungidos de alegría. La apertura del salón principal es a las 12 y a las 13 el almuerzo ya está servido. Un menú suculento que armoniza con el evento: ñoquis, buñuelos, puré y helado artesanal, todos platos elaborados a base de batata. Pollo, fiambres y salames regionales acompañan el manjar.

Mientras las papilas gustativas sonríen, la influencia friulana golpea dos veces con el “Show de Canzonetas Italianas”. Acordeón, trajes típicos y grito pelado para amenizar la comilona. Después es hora del baile, que llega de la mano de más sonidos característicos y del artista local Alexis. El ambiente, bien regado del famoso vino caroyense estimula el movimiento de cuerpos.

Pero la cosa no termina en bailar, masticar y beber. Aquello consta en la visita a la Feria de Productos Regionales dispuesta en el salón. Un interesante bazar en el que destacan productos como el dulce de batata casero, las galletas de batata y las batatitas en almíbar, junto con los quesos, salames, vinos y demás hechizos elaborados en la zona. Como aditivo, también habrá una exposición y venta de artesanías, sorteos y el clásico obsequio: recetarios de platos realizados a base de batata. Para que la dulzura de esta fiesta acompañe al visitante en la cocina de su casa.

Afuera del salón

Ninguna visita a Colonia Caroya queda completa sin el paseo por la Estancia Caroya. Un tesoro de casi 400 años de antigüedad (1616), el primero levantado por la Compañía de Jesús en tierras mediterráneas. Nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, la soberbia estructura está compuesta por una residencia principal, una capilla, el Tajamar, el perchel, la quinta, y las ruinas de lo que fueran las acequias y el molino. En todos los espacios, radiantes de estilo colonial, se respira esa atmósfera que sólo los siglos logran engendrar.

Completando la jornada, sumamente recomendable resulta el llamado “Camino del Vino”. Un tour que recorre las diferentes bodegas de las zona (algunas de ellas incluyen su propio museo). Para entonces, la conexión del foráneo con Caroya será total.