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Las presencias de ex docentes, directivos y alumnos dieron gran marco emotivo- La primera y la actual: Carporgno y Gamacchio |
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La comunidad celebró el 50º aniversario del Instituto "Padre Francisco Azkúnaga". Fue el sábado en el salón del club San Lorenzo de Las Perdices, con la participación de los que hoy albergan ese centro educativo y las instituciones de la localidad que acompañaron el significativo festejo. También asistieron las instituciones del medio y autoridades municipales encabezadas por el intendente Víctor Falvo.
Hubo recuerdos, elogios y agradecimientos en cada uno de los mensajes, todos cargados de emociones y nostalgias. Entrega de presentes a ex directivos y a la actual directora, Lucrecia Caporgno. Se proyectó además un audiovisual con imágenes alusivas y actuaron los integrantes del coro local, instancia que tuvo su momento cúlmine con la presentación del libro que rescata la historia del colegio.
Las palabras
En los discursos, recordaron "la enorme obra proyectada y concretada por el Obispado de Villa María, a cargo del primer obispo monseñor Deane, al crear tantos colegios secundarios parroquiales en las distintas localidades de la Diócesis. Y uno de ellos es el que se inició en la localidad de Las Perdices en el año 1962, instituto que lleva el nombre de 'Padre Francisco Azkúnaga', sacerdote misionero de la Orden Trinitaria cuyo fallecimiento se produjo el 12 de mayo de 1960". Agregaron respecto al fundador, que "ya había dedicado 45 años de su vida desplegando una incansable acción pastoral en toda la zona, siendo su único medio de movilidad un sulky".
"El pueblo de Las Perdices, secundado por el muy recordado párroco de aquella época, padre Armando Convento, decidió levantar un monumento que perpetuara la memoria del padre Francisco y qué mejor para rememorarlo, que un Instituto Secundario, a su mensajero de la Palabra del Señor", indicaron.
En el mismo sentido, explicaron que "la concreción de ese monumento fue el trabajo tesonero de un pueblo y colonia, que mostraban que la semilla sembrada por ese pastor de almas, iba a germinar... Y así surge esta magnífica obra que posibilita que los jóvenes de la localidad y alrededores, logren superarse en el gran campo del conocimiento".
La primera
"El hecho de que yo fuese la primera rectora, se lo debo a monseñor Abelino Antuña, que aún siendo una alumna del Profesorado Gabriela Mistral (Villa María), me convenció para que aceptara esa mayúscula responsabilidad. Que pude llevar adelante, gracias a los magníficos docentes que me acompañaron a realizar esa hermosa tarea de educar, tendiendo a la formación integral de la persona, de todos los alumnos que transitaron esas aulas.
Mientras las comisiones cooperadoras nos acompañaban prodigando todas las necesidades, al aumentar los cursos del establecimiento, edificando aulas, y otros menesteres necesarios para su funcionamiento...", expresó la primera rectora de la institución, Nilda Gamacchio, quien además agradeció "a todos los que colaboraron a lo largo de esos 16 años que me tocó el honor de dirigir este instituto".
Y mencionó además como "lo esencial, ese torrente de sangre joven que habitaron esas aulas: mis queridos alumnos, destinatarios de toda esta obra".
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