Por los animales

Señor director:
Estos últimos días han sido marcados por terribles actos de crueldad para con animales indefensos. De uno de ellos fue víctima el caballito Barón, que fue atacado con saña por andar suelto por la zona rural aledaña a Villa Nueva, lo que es, en realidad, un problema causado por el descuido del dueño y no por el animal, que es quien se llevó la peor parte presentando huellas del severo castigo a que fue sometido en cuello y extremidades. Los autores de las lesiones producidas por golpes con una cadena serían representantes de la “ley y el orden”. Lo peor del caso que nos ocupa es su irracionalidad, pues sólo puede explicarse desde la óptica de personas que gozan con causar sufrimiento a un ser vivo, lo que los convierte lisa y llanamente en sádicos.
El segundo caso es aun más horroroso: seis cachorros fueron encontrados incinerados dentro de un container. ¿Qué mente enferma pudo concebir semejante crueldad? Si cuando uno se quema ligeramente un dedo esto le produce gran dolor, ¿cuánto habrán sufrido esos pobres seres recientemente arribados a un mundo que los echó de él de la peor manera?
Cabe hacerse una pregunta: ante la difusión de este hecho que tuvo gran repercusión en la sociedad a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, ¿por qué la Policía no actuó de oficio, como aclara en la edición de EL DIARIO del jueves 10 del corriente el doctor Rodríguez (h), quien afirma que esto es lo que corresponde hacer?
Podrían haber encontrado (y aún lo pueden hacer, si les alcanza la voluntad) alguien que haya visto el hecho o por lo menos escuchado lo que deben haber sido los lastimeros quejidos de los cachorros mientras el fuego los consumía.
¿Hasta cuándo tendremos que esperar para que el sistema que administra justicia en nuestra ciudad, provincia y Nación, actúe para castigar este tipo de actos?
No hay más que entrar en Facebook y encontrarse diariamente con algunas situaciones que deberían poner los pelos de punta aun a quienes no amen a los animales: un gatito con una gran quemadura en el lomo, probablemente producto de algún tipo de ácido; cachorros mutilados, animales ahorcados... la lista es demasiado larga y cruenta como para seguir agregándole casos.
Sabemos que existe una Ley de protección al animal -la 14.346- que debe comenzar a aplicarse (ya es tiempo, pues dicha Ley fue sancionada en la década del 40). También existen otros medios legales en estudio, como el Decreto Nacional 1.088/2011 (aún no reglamentado) y a nivel local una ordenanza, elaborada por el concejal Ricardo Pereyra, cuyo tratamiento no debe ser demorado.
Por este medio reclamamos justicia para aquellos sin cuya existencia la nuestra no sería posible, la reclamamos para ellos, los que no pueden hablar con voz propia, pero que sí hablan al corazón de los que los amamos.
M. T. M.
DNI 6351518